5. PARROCOS
Presbítero Horacio de Jesús Gómez Orozco
Es osadía de nuestra parte biografiar un personaje de sabidurías abismales, incrustado en las memorias del Clero de Caldas y del País; hablar del padre Gómez Orozco, ínclito sacerdote predestinado para el cultivo de la historia religiosa, la historia del Arte Sagrado y la historia general, es un atrevimiento más que venial. En consecuencia, vale dejar el campo a quien prologó una de sus magnas obras: “Por las trochas del evangelio fue el doctor Carlos Arboleda González quien durante muchos años le ha seguido el rastro a este religioso intelectual y, en el prólogo citado, así resume su extensa hoja de vida:
“El presbítero Horacio Gómez Orozco posee atributos profesionales, intelectuales, religiosos y personales que lo convierten en un sacerdote fuera de serie. No hay, en la región, ni quizás en el país, quien conozca tanto de arte religioso como él. Su colección privada de iconos, tallas y lienzos, con motivos religiosos, es extraordinaria, única, deslumbrante. El, que ha tenido el privilegio de haber viajado por el mundo, y que posee el don la palabra exaltada, además de una cautivadora personalidad llena de humor, gracia y distinción, tiene amigos en los más alejados rincones de Colombia y el mundo. Adicionalmente, se ha cultivado en diferentes ramas del saber. Por las trochas del evangelio, su mejor trabajo intelectual, entre varios que ha realizado, es un recorrido completo por la historia eclesiástica de esta región de la patria... la Colonización Antioqueña... las iglesias de Aguadas, Pácora, Salamina, Aranzazu. Filadelfía, Neira y Manizales, donde, nos lo certifica Gómez Orozco, según documento de laNotaría Segunda, el lote de la primer capilla de Manizales, identificado con el número 10, era un pequeño solar de 30 varas de frente y 40 de centro. La segunda iglesia construida en Manizales, en 1876, fue la de Nuestra Señora de la Cueva Santa, hoy perteneciente a la Parroquia de Santa María del Pilar dirigida por el padre Horacio Gómez y de la que conserva, por cosas del destino, su primer crucifijo y otros valiosos objetos. Son igualmente importantes los aportes que se hacen a la historia de la arquidiócesis de Manizales.
Horacio Gómez Orozco, autor de varios textos, como el bellísimo libro, también publicado por la Secretaría de Cultura de Caldas: Tesón de una estirpe. Catedral Basílica de Manizales. Allí dejé consignada mi admiración por el clero caldense, por aquellos hombres prolíficos intelectualmente y comprometidos con la difusión de la doctrina de Cristo de manera ejemplar”.
Por tratarse de un hombre cuyo lema también parece ser el de “trabajar, trabajar y trabajar”, no importan las repeticiones; repasamos aquí muchos de los pasos del padre Horacio Gómez:
“Siendo antioqueño se ha convertido en un caldense raizal, por eso ha decidido que en estas tierras paradisíacas reposen, cuando lo llame el Eterno, sus cenizas”. Fue también afirmación del doctor Arboleda González, cuando en la Fundación Santillana, en Bogotá, el 30 de octubre de 2008, presentó la magnífica obra “Tesón de una Estirpe. Catedral Basílica de Manizales”.
Nació en Marinilla el 20 de enero de 1939; hijo de Luis Enrique y Leonor. Sus estudios de bachillerato y de filosofía los adelantó en el Seminario Arquidiocesano de Medellín; la teología, en el Seminario Arquidiocesano de Manizales y en la Universidad San Buenaventura en Bogotá.
En Roma hizo los siguientes estudios:
En derecho canónico: cursos para el doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana; en la Congregación de los Sacramentos, sobre matrimonio rato y no consumado; en la Congregación de las Causas para los Santos, estudios para postulador; en la Rota Romana, estudios para abogado rotal.
En Arqueología: Diplomado en el Instituto Pontificio de Arqueología.
En arte diplomado en el Instituto de Arte Sacro, Beato Angélico, de la Pontificia Universidad de Santo Tomás; curso sobre edificios para el culto, en la Universidad de San Anselmo;-y estudios sobre historia del arte en el Instituto Dante Alighieri.
En Bioética: curso especializado en el Hospital Agostino Gemely de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán.
De manos de Monseñor Arturo Duque Villegas, Arzobispo de Manizales, recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1963, en nuestra Catedral Basílica. En esa época, el rector del Seminario Mayor de Manizales era el reverendo padre Eduardo Gagnon, quien años más tarde recibió el anillo cardenalicio. Ya como cardenal, era el presidente del Consejo para la Familia, en el Vaticano. El padre Gómez Orozco debe guardar en lo más profundo de su corazón la deferencia de tan alto prelado quien, en su compañía, regresó a Manizales el 17 de agosto de 1988, para celebrar los 25 años de sacerdocio del grupo de Horacio, justamente cuando acababa de finalizar en Roma sus estudios de Derecho Canónico. En la concelebración, entre los sacerdotes ex discípulos del Cardenal, mencionamos los más conocidos en Manizales: Monseñor Rodrigo Escobar Aristizábal, el padre Pedro Nel Alzate Giraldo, párroco de Nuestra Señora del Pilar en esta fecha y capellán de la Universidad de Caldas, el padre Alberto Calderón Salazar, padre Jairo Duque Arbeláez (rector del Semenor), padre Mario
Vallejo Patiño, Padre Gentil Giraldo (párroco de la Asunción), padre Diego Rivera y padre Bernardo Naranjo Giraldo (párroco de la Catedral).
El presbítero Horacio ejerció su apostolado en Aguadas, al frente de los destinos de la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá (año 64). Al año siguiente, en Santa Rosa de Cabal, en donde construyó el templo de Santa María del Monte Carmelo. Luego, laboró durante 10 años como párroco en La Santísima Trinidad en donde dejó para Manizales uno de los más bellos e importantes templos de la ciudad, construido con fondos recolectados en festivales en los que agrupaba no sólo la comunidad del vecindario, sino también la de otros barrios de la ciudad. Allí laboró hasta el año 79.
En el 80 hasta el 82, fue nombrado por Monseñor José de Jesús Pimiento, como Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Manizales. En el año 83 participó, en Popayán, en la reconstrucción de la Catedral, venida a menos en el famoso sismo de ese año. Asimismo, participó, en la ciudad de Cartagena, en la planeación de la recuperación de la Diócesis de esta ciudad, cuando sufrió una crisis económica en la época de Monseñor Rubén Isaza.
Luego, trabajó en la Conferencia Episcopal con Monseñor Revolledo, obispo de Pamplona, Director de Planeación Pastoral en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano.
Fue el subdirector de Servicios Generales en el Comité de preparación de la visita del santo padre Juan Pablo II a Colombia y, en su papel clave estuvo al frente de la logística para lo que debió conformar equipo de trabajo con el presidente Belisario Betancur, con Noemí Sanint, con Luis Carlos Sarmiento Angulo, encargado de la parte económica, y con el Coronel Plazas Vega, encargado de la seguridad del Papa.
Entre otros cargos desempeñados, hay que agregar el de Vicario Judicial en el Tribunal Eclesiástico Regional de Medellín (10 años) y del Colegio Helvetia en Bogotá.
Presidente Emérito de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica.
Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia. Fundador del CECAM y cofundador de la Universidad de Manizales. Profesor de Derecho Canónico en las Pontificias Universidades Javeriana de Bogotá y Bolivariana de Medellín y en la Universidad de Antioquia, Capellán de las Universidades de la Salle en Bogotá y Lasallista en Medellín, Postulador de la causa de Canonización de la Madre María de Jesús Upegui Moreno, Fundadora de las Siervas del Santísimo y de la Caridad, Capellán del Palacio de la Gobernación de Caldas, Director del Museo dq Arte Religioso de Manizales y Prior de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Libros Publicados:
Dios es nuestro Padre.
La Pascua.
Ayudas para la Semana Santa.
La Iglesia en Colombia.
Arquidiócesis de Manizales.
De los Concilios Provinciales a la Conferencia Episcopal de Colombia.
Historia del Arte Universal en tres tomos.
El Primer Obispo de Medellín. Mons. Valerio Antonio Jiménez Hoyos.
El Cardenal Alfonso López Trujillo.
Tesón de una Estirpe.
Catedral Basílica de Manizales.
Por las Trochas del Evangelio.
Libros por publicar:
Historia de la Arquidiócesis de Manizales.
Sermones y Homilías.
Los Gómez de Castro, fundadores de pueblos y ciudades.
La causas de nulidad del matrimonio canónico.
Después de pasar otro tiempo en Roma, regresó en el año 2000; Monseñor Fabio Betancur lo nombró en la Basílica de Las Mercedes en Chinchiná y a los dos años párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar en Manizales. Cuando entramos en este templo y contemplamos vitrales e imágenes, percibimos las huellas profundas de un verdadero erudito también en la Historia del Arte.
Muchas veces hemos escuchamos la sentencia: “Sólo se arrojan piedras al árbol cargado de frutos”. Ocurrió en nuestro vecindario; con acusaciones infundadas causaron el relevo del Padre Horacio, y dejaron atónita a la comunidad de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. El doctor Arboleda volvió a escribir y a expresar en su columna del diario local, no sólo su sentimiento, sino el pensar de la gran mayoría de los hijos espirituales del Padre Gómez Orozco:
“Y así pasan los días. En defensa del presbítero Horacio Gómez Orozco.
No hay en la actualidad, en el departamento de Caldas, un sacerdote más conocido, admirado y querido que el padre Horacio Gómez Orozco. Suya largo apostolado en la doctrina de Cristo, su vida ejemplar, la generosidad con la que se ha entregado a las parroquias en las que ha desempeñado su ministerio, su extraordinario don de gentes, su capacidad de convocatoria, su simpatía, su oratoria sagrada -hoy tan escasa-, su firmeza en la defensa de los pobres, su compromiso con las comunidades, son sus huellas indelebles. Primero en Santa Rosa de Cabal, luego en la recién creada parroquia de la Santísima Trinidad, más tarde en la Basílica de Chinchiná y desde hace 10 años en la Parroquia de Villa Pilar, constituyen su periplo vital y testimonial de lo que debe ser un buen exponente del legado del Jesús histórico y teológico. Incluso ha desempeñado funciones como párroco en Venecia, Italia.
Para envidia de muchos de sus críticos, nació con una cuchara de plata en la boca. Su padre fue un gran transportador en Antioquiay Urabá, dueño de inmensas fincas, quien, al morir en un accidente, les dejó una cuantiosa fortuna. Parte de la cual ha quedado, de manera palpable, en las parroquias que ha regentado. Hoy en día, con la deserción de fieles que ha cobijado a la iglesia católica y la crisis económica, la mayoría de las parroquias ya no son autosostenibles. Y los feligreses que lo han conocido pueden testimoniar, sin mucho esfuerzo, que en todas se ha quedado parte de ese patrimoniofamiliar heredado. Mi infancia transcurrió en el barrio Belén. Lo conocí cuando él llegó a este sector como párroco de la Santísima Trinidad, hace ya más de 40 años, y cuando se retiró dejó una bella iglesia construida en estilo español, orgullo en la actualidad de los templos de Manizales.
A su cúmulo de atributos, debemos reconocerle su talante intelectual. Ha sido un viajero impenitente y un estudioso de las más diversas ramas del conocimiento. Teología, sagradas escrituras, arqueología, psiquiatría, arte, filosofía, literatura, idiomas, son ramas que domina. Varios doctorados y especiali- zaciones adornan su brillante hoja de vida profesional. Dos obras fundamentales para la vida intelectual y religiosa de Caldas publicó en menos de dos años: “Tesón de una estirpe. Catedral Basílica de Manizales’’ e “Historia eclesiástica de Caldas. Por las trochas del evangelio ’’.
Todas estas cualidades de su vida personal y sacerdotal hubieran sido razones, más que suficientes, para haber culminado su brillante recorrido como obispo.
Pero no todo es perfecto en la viña del Señor. Un anónimo, de alguien que ya está plenamente identificado, ha querido “hacer tabula rasa”, borrón y cuenta nueva, con la vida y la obra de, repito, el más popular y conocido de los sacerdotes de Caldas. Un sujeto despreciable, de baja categoría moral, un cobarde, excusado en un escrito que no se atrevió a firmar, dirigido a los obispos Fabio Betancur Tirado y Gonzalo Restrepo Restrepo, con toda clase de afirmaciones temerarias y sin pruebas, ha servido de excusa, no lo entendemos cómo, para que el padre Horacio Gómez sea relevado como párroco de una comunidad que lo venera, respeta y ahora lo llora. Así le paga el diablo a quien bien le sirve. Así tratan los obispos a un sacerdote ejemplar, a un pastor que se ha entregado a su comunidad sin descanso, sin pausa, con entusiasmo, con aportes económicos, con sacrificio.
No es la primera vez que se comete una injusticia como esta con un servidor eclesiástico. El padre Gonzalo Sánchez Zuleta, quien fue despojado de su cátedra de patrología y patrística del Seminario Mayor, la que ejerció, con lujo de competencias, durante 35 años, tuvo que desocupar su cuarto de habitación e irse, contra su voluntad, con su magnífica biblioteca, de más de 15.000 volúmenes, a vivir a una ciudad como Bogotá que acabó con su vigor intelectual y sus deseos de vivir.
Monseñores Fabio Betancur y Gonzalo Restrepo: no entendemos, como ciudadanos, como seguidores de Cristo, como hombres de fe, que de manera precipitada se haya tomado la determinación de separar de sus funciones al padre Florado Gómez Orozco. De sostenerse esta decisión -que estoy seguro así será-, mal final y mal comienzo han tenido ustedes dos. El Jesús humilde, el que dio la otra mejilla, el que perdonó a sus enemigos, el que se entregó en la cruz a sabiendas que la hubiera podido evitar, el prudente, es la imagen que quisiéramos tener de los sucesores de Pedro en Manizales. No la de Pilatos que, por indecisión, entregó la cabeza de Jesús, el Dios hombre, por la de un bandido como Barrabás ”.
Con el padre Horacio Gómez el tema es inagotable; en las páginas anteriores, en lo relacionado con la construcción del
Templo, ya hubo algunos interesantes apuntes; aquí cerramos con la mención del Jubileo:
“En el año 2006 se celebró el Jubileo y fue proclamado por el Santo Padre año santo parroquial con motivo de los 25 años de la creación de la Parroquia que culminó con la consagración y dedicación del templo como Santuario Mariano, acto que fue presidido por Monseñor Fabio Betancur Tirado y con los Señores Obispos Tulio Duque Gutiérrez y Leonardo Gómez Serna acompañados de un número significativo de sacerdotes.
así se despidió de su feligreses el Padre Horacio
Manizales, domingo 14 de marzo de 2010 Mis queridos Hermanos y Amigos:
Viví con ustedes diez años que han sido preciosos para mí. Ustedes me ayudaron a crecer mucho espiritual y humanamente. Ustedes son personas muy amadas para mí, tiernas, dóciles, afectuosas, cultas, muy piadosas y cristianos ejemplares, muy avanzados en el amor a Dios y al prójimo, que es el resumen de toda la ley y los profetas.
Después del Sagrario, con la presencia real de Jesucristo, el mayor tesoro que posee esta comunidad parroquial, son el Padre José Dubel Londoño y el Diácono Javier Aristizábal.
Mi ignorancia y mis grandes limitaciones, seguramente que han empañado la obra de la salvación, pero en cambio, mi buena voluntad y mis esfuerzos han sido constantes y muy grandes. En últimas el que da la gracia y la salvación es el Señor.
Más de 250 personas consagradas al Señor, en los grupos de oración, de catequistas, de renovación carismática, de Nueva Evangelización y en los oratorios marianos, hacen que esta comunidad sea espiritualmente muy fuerte. Yo los veo hermosos a mis ojos. Dios los ve preciosos. Está enamorado de ustedes.
Ustedes han construido un precioso Templo-Santuario para bendecir y alabar a Dios y a la Santísima Virgen María. Los vitrales del templo, son dignos de la mejor catedral de Europa. Siéntanse orgullosos de su parroquia, que sin lugar a dudas es una de las más hermosas y organizadas de la ciudad.
La parroquia no queda con ninguna deuda, queda una cómoda vivienda para el párroco, les dejo preparada la Semana Santa, las imágenes listas para las procesiones y hasta el cirio pascual.
También les queda preparada y financiada la Navidad para los niños pobres, 300 regalos que cuestan más de cinco millones de pesos.
La devoción, el fervor y la disciplina de ustedes son admirables. La gran mayoría de ustedes viven en Gracia de Dios y participan en el Banquete Eucarístico. Según el Concilio Vaticano II, todos los esfuerzos de la Iglesia, se dirigen a este fin.
Es necesario valorar y agradecer el ejemplar trabajo que realizan en un extenso sector de la parroquia los Reverendos Padres Agustinos Recoletos y sus seminaristas de La Linda.
Gracias a su celo pastoral, la cura de almas que ellos allí ejercen, es modelo de acción pastoral conjunta entre el clero secular y una de las órdenes religiosas más antiguas e importantes de la Iglesia.
El Señor Arzobispo quiere que yo me traslade a otra parroquia. El día de mi ordenación sacerdotal, prometí obediencia y reverencia a mi Obispo. Le ruego a Dios cumplir este voto hasta el día de mi muerte.
San Ignacio de Antioquía decía: "Donde está el obispo está la Iglesia, el que obedece al obispo, obedece a Cristo, nada sin el obispo".
Excelentísimo Señor Arzobispo. Su Excelencia ha tomado la determinación de trasladarme a la Parroquia de "San Antonio María Claret de Manizales", una vez la entreguen los Reverendos Padres Claretianos en el próximo mes de octubre. Ante la Comunidad Parroquial de Nuestra Señora del Pilar, le acepto el traslado.
Excelencia, en vista de esta decisión pastoral suya, manifestada hoy, ante Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, Arzobispo Coadjutor y ante la Comunidad Parroquial de Nuestra Señora del Pilar, expreso mi agradecimiento de mantenerme como colaborador en su tarea pastoral en la Parroquia de San Antonio María Claret. Lo hago como un acto de obediencia sacerdotal y en cumplimiento de mi promesa hecha el día de mi Ordenación Sacerdotal, de consagrarme total e irrevocablemente al servicio de la Iglesia.
Que Dios me conceda su gracia. Confío en su oración y en la de la Comunidad Parroquial para que el Señor me mantenga en su fidelidad y para que siempre sea un sacerdote santo, según los deseos de su corazón y los de su pueblo santo.
Me despido de ustedes mis hermanos y amigos muy amados, prometiéndoles que en Roma, sobre la tumba del Apóstol Pedro y en Jerusalén, sobre el sepulcro del que salió resucitado.y victorioso, el Señor de la Historia, oraré por cada uno de ustedes, a quienes siempre llevaré en mi alma y en mi corazón hasta la eternidad.
Padre Horacio

Hola, sabe si se consigue este libro en algun lugar? Los Gómez de Castro, fundadores de pueblos y ciudades. mi correo info@pumer.com
ResponderBorrarBuenas noches. ¿Lograron conseguirlo?
BorrarTambién quisiera saber este libro donde se puede conseguir. uribericardo@yahoo.com
ResponderBorrarGracias
Buenas noches. ¿Lograron conseguirlo?
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