viernes, 28 de septiembre de 2018

6. GRANDES COLABORADORES Monseñor Tulio Duque Gutiérrez

6. GRANDES COLABORADORES 

Monseñor Tulio Duque Gutiérrez 

Nació en el municipio de Pácora (Caldas), en 1935. Cursó estudios de bachillerato en el Seminario de la Estrella, de la Sociedad del Divino Salvador; luego, estudió filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá; allí recibió licenciatura; y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma cursó Teología. Fue ordenado sacerdote en marzo de 1966 en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. 

A su regreso a Colombia, fue párroco de “Los Doce Apóstoles” en Medellín, promotor vocacional de los Salvatorianos, párroco del “Divino Salvador” en Bogotá, Párroco del “Divino Salvador” en Manizales, Vicario Episcopal de religiosos de la Arquidiócesis de Bogotá, Vicario Provincial y ecónomo, consejero general de la Sociedad del Divino Salvador y secretario para las misiones en Roma, rector del Colegio- Seminario de la Estrella, superior provincial de los Salvatorianos; desempeñó también el cargo de Presidente de la Conferencia de Religiosos de Colombia en 1980-1981. 

El 7 de octubre de 1993, fue nombrado obispo titular de Stipa y Auxiliar de Medellín. 

Recibió la consagración episcopal de manos del Nuncio Apostólico, Paolo Romeo y fue conconsagrante el entonces arzobispo de Medellín, monseñor Héctor Rueda Hernández. 

En septiembre de 1995 fue nombrado Administrador Apostólico de la diócesis de Apartado y el 18 de marzo de 1997 fue nombrado obispo titular de dicha sede diocesana. De mucho valor fue su actividad apostólica durante su episcopado en esta región. 

El 25 de julio de 2001 el Papa Juan Pablo II, lo designó como obispo de la diócesis de Pereira, de la cual tomó posesión canónica el 21 de septiembre del mismo año. Se desempeñó hasta llegar a su edad de retiro en julio de 2011. 

Desde entonces, el Arzobispo Emérito de Pereira nos ha acompañado en la asistencia sacramental los fines de semana, de lo cual vivimos muy orgullosos los feligreses de esta Parroquia.

jueves, 27 de septiembre de 2018

6. GRANDES COLABORADORES Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo

6. GRANDES COLABORADORES 

Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo 

El actual Arzobispo de nuestra Arquidiócesis es hoy el colaborador número uno de nuestra Parroquia. 

Una visión de este gran personaje la tomamos de una genial crónica escrita por nuestro académico José Miguel Alzate15. 

Un Arzobispo de ascendencia humilde. 

Tiene la apariencia de un hombre bondadoso. Su rostro, delgado, de líneas ligeras, un poco pálido, enseña el semblante interior de un hombre formado en valores. Unos ojos que se esconden, vivaces, detrás de dos espejuelos, revelan una mirada atenta. Es la mirada de un hombre de Dios que ha tenido la oportunidad de recorrer el mundo, que a través de los años ha podido acumular lecturas, que está llamado a brindar luz en momentos de oscuridad. Las manos, delgadas, con un anillo sagrado en el dedo anular derecho, se entrecru­zan sobre el escritorio unos dedos largos de uñas bien cuidadas. El Santo Cristo de plata que pende del cuello y cae, perpendicular, sobre el pecho, inspira un respeto sagrado. 

Es Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, el nuevo Arzobispo de Manizales, el prelado que tiene sobre sus hombros la responsabilidad de conducir a la Iglesia Católica caldense por caminos de renovación carismática. No muy alto, de constitución delgada, caminar pausado y sonrisa espontánea, el nuevo jerarca de la iglesia caldense es una persona sencilla, sin esa estampa prosopopéyica que suele caracterizar a los altos prelados. Llegó a Manizales el 7 de octubre de 2009 para colaborarle a monseñor Fabio Betancur Tirado como Arzobispo Coadjutor. Vino procedente de Girardota, donde se desempe­ñaba como obispo titular de esa diócesis. El Papa Benedicto XVI lo nombró arzobispo titular después de que aceptó la renuncia, por quebrantos de salud y edad cumplida, de Monseñor Betancur Tirado. Proviene de familia campesina. Su padre, Guillermo Restrepo, fue un agricultor apasionado por el derecho. Tanto que en la población antioqueña de Urrao, donde era un ciudadano respetado, lo consultaban en asuntos de leyes. Todo porque desde niño sintió inclinación por esta disciplina. En la finca Santa Isabel, ubicada en la vereda Quebradarriba, a una hora del casco urbano, mantenía libros de derecho que leía con interés. Sin haberse graduado de abogado, asesoró a varios ciudadanos en asuntos civiles. "Mi padre era un hombre de mente ágil, muy bueno para las matemáticas", responde cuando el cronista le pregunta por su círculo familiar. Entonces cuenta que, a la hora del almuerzo, reunía a toda la familia en torno a la mesa del comedor y, antes de empezar a digerir los alimentos, sometía a los 9 hijos a prácticas con los números. "Ahí empecé a interesarme por el estudio", dice con ese asomo de humildad que se le descubre a primera vista. 

Monseñor Gonzalo Restrepo recibe al cronista en su despacho del segundo piso en el Palacio Arzobispal. No es, la suya, una oficina ostentosa, como podría pensarse. Al contrario, es un despacho sencillo, sin nada que demuestre poder. Sobre un escritorio metálico reposan papeles eclesiásticos que debe revisar. Al fondo, sobre una pequeña mesa de madera, hay un computador de pantalla plana, de última tecnología. Es lo único sofisticado en este espacio donde se decide el destino de los asuntos religiosos del departamento. El teléfono timbra poco. En cambio, su celular suena en forma insistente. "Estos son adelantos tecnológicos. Ya todo se maneja por intermedio de este adminículo", dice en tono resignado mientras contesta una de las tantas llamadas que le entran al día. 

En Urrao, el pueblo donde nació el 8 de agosto de 1947, alcanzó a vivir apenas hasta la edad de 5 años. La familia se tuvo que trasladar a Medellín por amenazas contra su padre. Fue en la época de la violencia política. De allí que no conserve recuerdos de sus tiempos de infancia en esta población antioqueña. La única imagen que conserva en la memoria pertenece a su época de estudiante, cuando cursaba la primaria en el Colegio El Sufragio, de Medellín, de la Comunidad Salesiana. En vacaciones se iba con su mamá y alguna de sus tres hermanas a visitar a las tías que entonces tenía en el pueblo. Subían hasta la finca Santa Isabel. Pero eran visitas cortas. Todavía tenía vivo en el recuerdo las razones que causaron el desplazamiento. "Monseñor: ¿le habría gustado vivir su juventud en ese pueblo?, le pregunta el cronista. Y con una voz donde se asoma una ligera nostalgia, contesta: "Habría sido interesante. Sobre todo por ese sentido de la solidaridad que existe en los pueblos". 

En la forma como narra la historia del desplazamiento de su familia se descubre su sencillez. No hay en su vocabulario palabras ofensivas. Tampoco un sentimiento de odio por las circunstancias en que la familia abandonó a Urrao. Simplemente acepta que esa fue la vida que le tocó vivir a su padre. Ir de allá para acá, buscando siempre la estabilidad económica para garantizar el bienestar de la familia. Así se hizo, en Calarcá, comprador de café. 

Recuerda la llegada al pueblo quindiano, Salieron de Medellín una madrugada, los corotos en un viejo camión. Arribaron en las horas de la noche, cuando ya la luna había aparecido en el firmamento. Como a esa hora estaba cayendo un fuerte aguacero, entre todos descargaron los enseres. Al día siguiente ya estaba matriculado en el Colegio Mariscal Sucre, donde cursó cuarto y quinto de primaria. Años más tarde se trasladaron a vivir a Armenia. Allí se instalaron en una casa grande, cerca a la iglesia de San Francisco. Al joven estudiante Gonzalo Restrepo Restrepo nunca se le pasó por la mente la ¡dea de hacerse religioso. Es decir, en su infancia no dio demostracio­nes de querer servir a la iglesia. Aunque asistía a misa todos los días, jamás simuló en su casa la celebración de la Santa Misa. Tampoco cuando inició el bachillerato en el Colegio Jorge Robledo, de Armenia. Ni siquiera en 1962, a la edad de 15 años, cuando ingresó al Seminario Menor de Medellín, donde se graduó de bachiller académico. Su vocación se manifestó en el seminario. Al regresar a Armenia, terminado el bachillerato, su mamá, a quien cariñosamente todos llamaban Ramoncita, que era una mujer devota de la Virgen del Carmen, lo llevó un día a misa a la Iglesia de San Francisco. Fue allí donde sintió por primera vez el deseo de hacerse sacerdote. Todo porque, debido a la cercanía del padre Horacio Gaviria Vélez, que frecuentaba su casa, empezó a ver esta opción como un proyecto de vida. Eso sí, sin pensar jamás que alcanzaría la dignidad de arzobis­po. 

Una tarde, recién llegado del seminario, mientras leía un libro en la sala de la casa, ya con el grado de bachiller, el papá le preguntó: "¿Qué quiere estudiar, hijo?". Y él, levantándose de la silla, le contestó: "¡Quiero ser sacerdote!". Sorprendida, doña Ramoncita enarcó las cejas. "¡Qué excelente noticia. Yo siempre he soñado con tener un hijo sacerdote", dijo con una voz donde se adivinaba una alegría interior. Entonces la familia organizó todo para que viajara nuevamente a Medellín e ingresara en el Seminario Mayor para estudiar Filosofía. A la mamá el sueño se le hizo realidad ocho años después, el 1 de junio de 1974, cuando vio a su hijo recibir la ordenación sacer­dotal de manos de Monseñor Tulio Botero Salazar, Arzobispo de Medellín. Ese día todo fue regocijo en la familia. Los seis hermanos asistieron al acto. Sobre todo porque fue el único miembro que optó por el estudio. Los demás se dedicaron a oficios menores: comerciantes, conductores, empleados, Desde entonces se convirtió en el orgullo de la casa. 

Los feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Medellín, jamás se imaginaron que ese sacerdote joven, apuesto, estudioso, que había llegado días antes como coadjutor, llegaría a convertirse en alto jerarca de la iglesia. Lo veían como un sacerdote más, de esos que llegan a los barrios para cumplir una misión social sin pensar que la vida le puede deparar grandes sorpresas. Cuando se enteraron que había sido nombrado profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana, sólo atinaron a decir: "Es un sacerdote estudioso". Por esta razón, no se sorprendieron cuando, un año después, estrechán­doles la mano, se despidió de ellos. Se iba a estudiar filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma. Allí obtuvo el doctorado en filosofía con una tesis que monseñor Peter Henrici calificó como excelente. La tituló "El deseo fundamental del hombre". Era una tesis novedosa desde el punto de vista teológico. Analizaba el pensamiento del filósofo Jean Paul Sartre sobre la angustia del hombre. El entonces padre Gonzalo Restrepo proponía, frente a ella, la esperanza cristiana. 

Monseñor Gonzalo Restrepo es el único prelado que ha recibido la noticia sobre su exaltación al episcopado directamente en la Ciudad de Roma. Fue el 4 de diciembre de 2003. Era una mañana despejada. La noche anterior había caído una lluvia menuda. En la Ciudad Santa se encontraba, haciendo diligen­cias relativas a su cargo como Nuncio Apostólico de su Santidad en Colombia, monseñor Beniamino Stella. El padre Gonzalo Restrepo también estaba allí, en gestiones de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Se desempeñaba a la sazón como rector de ese plantel de enseñanza superior. Había sido elegido como tal para el período 1998-2000. Y nuevamente para el período 2000-2003. Por su excelente labor, fue reelegido para el periodo 2004 - 2007. Pero la noticia de su nombramiento como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Cali cambió su destino. Tuvo que renunciar a la rectoría para asum i r sus nuevas responsabilidades al lado de Monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo. 

Esa mañana el Nuncio lo citó al Domus Santa Marta, el lugar donde se hospedan los jerarcas de la iglesia católica cuando van de visita a Roma. Su sorpresa fue grande cuando Monseñor Beniamino Stella le dijo: "El Papa Juan Pablo Segundo lo acaba de nombrar obispo". Se estremeció con la noticia. En esc instante sintió como si un viento suave recorriera su cuerpo. Se hacía, por fin, realidad ese vaticinio.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

6. GRANDES COLABORADORES Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez

En toda obra, necesariamente existe el mecenazgo; si no fuera así, la institución iría al fracaso. Así como el Apóstol Santiago contó con su equipo para iniciar la construcción del templo solicitado cuando sobre un pilar se le presentó la Santísima Virgen María, así en nuestra Parroquia ha resultado un gran equipo, y no podemos descartar la mano de María, la Madre del Redentor. Entre los grandes colaboradores, aquí va la mención de muchos, pero, de antemano, pediremos al Cielo el perdón por la omisión de muchos nombres que se nos escapan. 


Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez 

En 1919, José de Jesús Pimiento Rodríguez, nació en Zapatoca. municipio santandereano territorio de “Aires de mi Tierra”, uno de los clásicos pasillos que nos transportan a los terrenos de Dios. En su juventud vivió en relativa estrechez económica. Se destacó por su inclinación a la academia; adelantó su formación básica de secundaria y sus estudios eclesiásticos en los Seminarios de San Gil y en el Mayor de Bogotá; en diciembre de 1941 recibió la ordenación sacerdotal; sus primeros años de ministerio los ejerció en su Iglesia original, como Vicario Coadjutor en las Parroquias de Mogotes, Catedral de San Gil y Vélez, y como Vicario Substituto en Zapatoca; además fue Síndico y Profesor en el Seminario. 

Sólo tenía 36 años, cuando el Papa Pío XII lo preconizó Obispo Auxiliar de Pasto (1955); su ordenación episcopal 

se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana de Bogotá; fueron Obispos consagrantes el Señor Cardenal Crisanto Luque Sánchez y los Monseñores Emilio Botero González y Pedro José Rivera Mejía. 

En 1959, recibió, del Papa Juan XXIII traslado a la sede de Montería en donde ejerció desde mayo de 1960 hasta 1964. Luego recibió traslado a la Diócesis de Garzón-Neiva (Huila), creada desde 1900. 

Entre los años 1962-1965 Monseñor Pimiento intervino como Padre Conciliar durante las sesiones del Concilio Ecuménico Vaticano II. 

Algunos años después fue escogido como Delegado participan­te para las Conferencias Generales II y III del Episcopado Latinoamericano celebradas en Medellín, Colombia, en 1968, y Puebla de los Ángeles, México; entre julio de 1972 y 1978, recayó sobre él la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia, durante dos períodos consecutivos. 

Delegado por la Conferencia Episcopal de Colombia para tomar parte en varios Sínodos de Obispos en Roma y Asesor del Señor Nuncio Apostólico para los diálogos previos con los representantes del Gobierno Nacional, para la reforma del Concordato en 1972 y 1973. 

El 23 de mayo de 1975 recibimos en Caldas la noticia de su promoción a la Sede Arzobispal de Manizales, en donde podemos llenar páginas si hemos de hablar de su actividad pastoral durante 21 años. 

Impulsó activamente la pastoral arquidiocesana dedicando lo mejor de sus esfuerzos a la aplicación del Concilio Vaticano II, a la Pastoral presbiteral, tan estimada por él, y a las pastorales familiar, juvenil, social, educativa y universitaria; también promovió intensamente la renovación parroquial, la vida y organización del Seminario Mayor de la Arquidiócesis y el Fondo del Bienestar Social del Clero. 

Muchas fueron sus obras eclesiales de interés local y nacional, como el Centro de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Manizales, CECAM, la Casa Juvenil, la Casa de Orientación de la Joven, el reforzamiento estructural de las torres de la Catedral, averiadas por el sismo de 1979, la remodelación del Seminario Menor en 1979, y posterior adecuación del mismo como Seminario Mayor Arquidiocesano; en esta etapa de su vida, de su atención dedicó amplio espacio para nuestro barrio de Villa Pilar, y creó Parroquia de “Santa María del Pilar” de Manizales, el 12 de diciembre de 1980. 

Y continuó Monseñor Pimiento con su actividad en donde sabía que podía estar presente. En Caldas fuimos testigos de la ayuda solidaria a los damnificados por la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985, mediante el fomento de aproximadamente un centenar de soluciones de vivienda en el Municipio de Chinchiná, las veredas Papayal, Los Cuervos y La Guayana de Villamaría, y las aldeas agrícolas La Paz y el Encanto, entre otras obras. 

En 1995, cumplida la edad canónica, presentó renuncia de su cargo, aceptada al año siguiente por el Papa Juan Pablo II. Se desplazó a prestar servicio como misionero en la Diócesis de Apartado, en la Parroquia de Turbo. En 2005 celebró solemne­mente sus Bodas de Oro Episcopales, efeméride a la que la Arquidiócesis de Manizales se vinculó ofreciéndole un sentido homenaje de reconocimiento de la que hoy es Arzobispo Emérito. Después de su retiro, y por veintiún meses, Monseñor José de Jesús Pimiento fue designado Administrador Apostólico de Socorro y San Gil, su Diócesis natal. Reside actualmente en el Foyer de Charité San Pablo, de Bucaramanga. 

Y en Manizales lo vemos frecuentemente vinculado con importantes eventos; ejemplo fue en el Simposio de Inauguración del Año de laTe. Ahora, principiando el año 2013, ha estado presente en la dirección de los retiros espirituales del clero caldense.

martes, 25 de septiembre de 2018

Hogar de Paso

En octubre de 2011, un grupo liderado por doña Aracelly Soto Jiménez, tomaron en alquiler una vieja casucha y fueron adaptándola para prestar un gran servicio a los familiares acompañantes de los pacientes de la clínica; una encomiable labor ha sido la meta propuesta por este equipo de acción social, conscientes de las dificultades de estas familias procedentes de las zonas rurales o de otras poblaciones de Caldas o departa­mentos vecinos y que están desprotegidos económicamente para estar cerca de sus parientes internos para el tratamiento requerido en búsqueda de la salud. 

Inicialmente, el lugar estuvo situado diagonal al Servicio de Urgencias de la Clínica. El apoyo del doctor Carlos Hernán Estrada Valencia, gerente de la Clínica Fundación del Corazón, quien cedió en préstamo camas y otros elementos necesarios para el servicio mencionado. 

A la llegada del padre Héctor Hernán Ramírez, el 4 de enero del 2012, conoció de la obra; fijó allí su mirada y se propuso fortalecerla y vincularla a la acción pastoral de la Parroquia, denominada “Pastoral de la Salud”. Una vez expuesta la inquietud ante los feligreses del sector, hubo respuesta positiva: principiaron a renovarse los elementos de esta casa, se inició un ropero, y se continúa en búsqueda de fondos para este hogar que es ya una fundación con los estatutos de rigor. Actualmente el Hogar de Paso funciona en los bajos de la Casa Cural. 

La acción de esta fundación se está viendo fortalecida con el restaurante para los niños, una de las preocupaciones de la Embajada Colombiana en Estados Unidos; precisamente a mediados del año 2012, la señora Aracelly Soto estuvo en Nueva York mostrando evidencias de la labor de esta fundación; sabemos que desde ese lejano lugar, contamos con ojos que dirigen sus miradas a este sitio, principiando con la doctora Adriana Aristizábal Soto, hija de doña Aracelly, y quien desde el Consulado de Nueva York está apersonándose de esta gestión, con grupos allá denominados “Colombianos sin Fronteras”; y estamos viendo los resultados; el 6 de agosto de 2012 se dio apertura al restaurante para 62 niños que ya pueden asistir al almuerzo los días de labor escolar; más la ayuda que Aracelly con su esmerada atención para que a los niños no les falte nada en el almuerzo agregan los feligreses en la Liturgia del día; así es como se obtiene un excelente resultado.

Entre los logros de esta comunidad, hay que mencionar la aprobación para la consecución de una casa o lote para dicha fundación; en el mes de agosto (2012) principió la dotación del ropero con aportes enviados del extranjero. Según los resulta­dos, esta acción ha de proyectarse a otras comunidades de Manizales, donde la prioridad sean los niños.

Es un proceso y, con la ayuda de Dios y de las gentes de buen corazón, la acción ha de continuar por muy buen camino.

Entre los logros debemos mencionar el apoyo para personas limitadas, con necesidad de sillas de ruedas para movilizarse; o silla-cama para casos extremos.

En la acción social, el mercado para necesitados; los fíeles, en la liturgia del domingo, llevan su donación en especie: se echan los víveres en el canasto del mercado para las familias sin recursos.

Al llegar a la Cuaresma de 2013, el Pbro. Hernán nos hace un llamado a la conversión y a la penietencia:

“La Iglesia Católica comienza hoy un tiempo litúrgico llamado Cuaresma, con la señal de la cruz trazada en la frente o en la coronilla del creyente, elaborado este signo con ceniza de los ramos (palmas) que fueron en el Domingo de Ramos elementos de aclamación y hoy son simplemente el recuerdo de lo que somos “tierra, barro ...

El llamado es a la conversión y a la penitencia, a dejar el pecado, todo aquello que nos aparte de la comunión con Dios y con los hermanos. Este tiempo nos llevará, guiados por la Palabra de

Dios, al Triduo Pascual: Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Que este momento sea propicio para volver por medio del sacramento de la reconciliación o confesión a Dios Padre misericordioso, guiados por el llamado de Jesús; orar en silencio; hacer obras de caridad en silencio, y ayunar (poner orden a esta vida) en silencio.

Les recomiendo ir al templo parroquial a la santa misa, reflexionar en familia, recibir la ceniza con sentimientos de conversión personal, familiar y social, y prepararnos para el momento fundamental del cristiano, la Resurrección de Jesucristo Señor Nuestro.

Puede leer los siguientes textos bíblicos: Mateo 6,1-6.16-18; Joel2,12-18, y 2 Corintios 2,12-18.

Aplique en su vida y enseñe a los demás”.

lunes, 24 de septiembre de 2018

PASTORAL SOCIAL DE LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

“La Pastoral social de la Parroquia se determina como las acciones promovidas por el Párroco en colaboración con los agentes de servicio social para la atención material y subsidios a personas de escasos recursos económicos. 

Cabe anotar la gran ayuda que se da a familias pobres y pobres vergonzantes por medio de mercados que discretamente se distribuyen en forma consuetudinaria en la Parroquia. 

Se ha hecho una distribución numerosa de ropa, una en forma gratuita, y otra entregada a precio simbólico con el fin de ayudar a personas necesitadas. Funcionó por mucho tiempo el ropero parroquial del que se beneficiaron muchísimas personas. 

En Navidad se reparte aguinaldo a más de 400 niños y niñas, consistente en juguetes y ropa; también se les distribuye abundante comida, natillas, buñuelos y carne de cerdo. 

Se realiza una campaña todos los años: es “la cobija del pobre” que ha beneficiado a numerosísimas familias necesitadas de nuestra comunidad parroquial. 

Otro servicio que favorece a las familias pobres es el préstamo de vestidos para primera comunión de niños y niñas de la parroquia. 

Al sector rural también se extiende la pastoral social y a algunas veredas se llevan donaciones en ropa y comida. 

El servicio social se ha ejercido en la parroquia con un verdadero sentido de caridad cristiana como expresión de solidaridad, fraternidad y comunión eclesial”.

viernes, 21 de septiembre de 2018

5. PARROCOS Pbro. Héctor Hernán Ramírez Ríos

5. PARROCOS

Pbro. Héctor Hernán Ramírez Ríos 



Nació en Aguadas Caldas. 

Sus padres José Aníbal Ramírez (fallecido) y Rosa María Ríos. Realizó sus estudios en la Normal Superior Claudina Muñera y en el Seminario Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 

Recibió la sagrada orden del presbiterado el 28 de noviembre de 1998. Es licenciado en Educación, con énfasis en Ciencias Religiosas, y especializado en Gerencia Educativa, en la Universidad Católica. 

Prestó sus servicios pastora­les en la Parroquia San José de Pácora, donde fue docente. Párroco en San Juan de Villalobos, Misión en el Vicariato de Mocoa Sibundoy. Vicario Parroquial en Chinchiná, Nuestra Señora de las Mercedes y en Salamina, Parroquia la Inmaculada. Profesor del Colegio Pío XII. Actualmente es Capellán del Instituto Universitario de Caldas; prestó el servicio parroquial en la Santísima Virgen del Patrocinio, Bajo Caribe- Manizales. 

Varias páginas atrás habíamos mencionado a un muchacho Hernán de muchos conocimientos agropecuarios y colaborando con el arreo de las vacas de don Eduardo Carreño; después de algunos años y totalmente “desmusgado” es el actual párroco en Nuestra Señora del Pilar. 

MISIÓN CONTINENTAL 

El padre Héctor Hernán, como todos los párrocos de Manizales, de Caldas y del mundo está seriamente comprometido con la Misión Continental. ¿En qué consiste la Misión Continental? 

Misión continental 

Es un tiempo de gracia para la Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe, un tiempo para tomar conciencia de su autentica vocación cristiana. 

Durante los años 2012 y 2013, la Iglesia de Manizales a través de todas sus Parroquias estará en misión, con el objetivo central de hacer que Cristo llegue al corazón de todas las personas, de todos los hogares y de la sociedad. Se trata de buscar que todos los bautizados tomemos consciencia de nuestro ser de Discípulos-misioneros. 

¿Para que la Misión Continental? 

*Para crecer en el seguimiento y discipulado de Cristo. 

*Para que seamos conscientes de nuestra pertenencia a la Iglesia, de nuestro bautismo y de nuestra iniciación cristiana. *Para renovar nuestras familias y hacer que Cristo sea quien reine en ellas. 

*Para renovar nuestras Parroquias e interponer los medios suficientes para que los laicos bautizados se comprometan. 

*La iglesia ha de estar siempre en misión, en “estado permanente de misión”. 

Lema de la Misión: 

“ES HORA DE VOLVER A DIOS” 

Una canción de la Misión: 

“LA FAMILIA” 

- Historia de Fe, Parroquia Nuestra Señora del Pilar — 

¿Cómo vamos a realizar la Misión Continental? 

La realizaremos en el contexto del PLAN PASTORAL de la Arquidiócesis que se ha definido por el establecimiento del SINE (Sistema Integral de Nueva Evangelización) y que consta de tres momentos definidos así: 

- Preparación 

- Realización 

- Seguimiento 

1. Preparación 

Con una duración de un semestre mínimo. 

Sensibilización general: 

Oración 

Se ha de hacer una sensibilización a todas las personas de la Parroquia, comenzando por la oración en todos los grupos apostólicos, en las pequeñas comunidades, en las diferentes catequesis,.en las Eucaristías y en todos los ámbitos de la vida parroquial. 

Motivaciones y difusión amplia. 

Hacer las motivaciones que veamos convenientes en todos los grupos y las actividades parroquiales. 

Igualmente una Difusión amplia, clara, sencilla y directa utilizando todos los medios que podamos alto parlantes, pasacalles, pendones, radio, televisión, periódicos locales y parroquiales, carteleras, internet, etc.). 

Elección y Preparación del equipo misionero: 

Son los laicos de la misma comunidad parroquial quienes, animados y coordinados por el Párroco, serán los actores de la misión, los agentes principales de la misión. 

El Párroco elegirá estos laicos entre los miembros de las pequeñas comunidades o los que pertenecen a grupos apostóli­cos, incluso aquellos que sin pertenecer a ningún movimiento parroquial tengan el deseo y las capacidades de ser evangeliza- dores en la misión. La preparación ha de hacerse en relación con el contenido y la metodología de la misión. 

El contenido será el mismo para todos. 

La metodología podrá cambiar y será acorde con las condicio­nes del equipo misionero y de la comunidad parroquial donde se vaya a realizar la misión. 

Con respecto al contenido, la preparación se debe hacer así: 

a. Un curso de Biblia para todos, que será constante durante toda la misión. 

b. Unas charlas donde se presenten las diferentes unidades respecto a la Familia que es el tema central de la Misión. Con la oportunidad del diálogo y la participación de todos los integrantes del equipo misionero. 

c. Unos retiros al terminar cada una de las unidades o un determinado bloque de unidades. 

Con respecto a la metodología, cada equipo misionero bajo la animación y la coordinación del Párroco irá construyendo su propia metodología. 

Logística: 

Durante este tiempo de preparación de la misión, paralelamente a la realización del curso bíblico (que ha de ser permanente durante todo el tiempo de la misión) y a la presentación de las diferentes unidades con sus respectivos retiros se han de realizar las siguientes acciones: 

a. Plano de la Parroquia y sectorización de la misma, 

b. Censo pastoral, 

c. Delimitar y asignar el territorio que ha de visitar cada una de las personas del equipo misionero, 

d. Determinar bien los materiales que se vayan a utilizar en la Misión (carteleras, afiches, Biblia, etc.), 

e. Elegir el distintivo que tendrá cada uno de los integrantes del equipo misionero (camiseta, escarapela, manillas, cachu­chas, o cualquier otro que elija el Párroco con su Equipo Misionero), 

f. Determinar bien y asignar los recursos económicos que se puedan prever para la planeación y el desarrollo de la Misión. 

Realización de la Misión 

Misa de envío 

Este es un momento muy importante de la Misión, en el cual debe estar el Párroco y de ser posible el Arzobispo. 

A esta Misa asisten todos los misioneros quienes han de presentarse con el distintivo propio que los identificará como misioneros durante todas las actividades de la Misión en su Parroquia y se debe asegurar una asistencia significativa de los feligreses. 

Después de la homilía se da a cada misionero la cruz de la Misión y se hace una oración especial invocando al Espíritu Santo y haciendo formalmente el envío. 

Visita casa por casa 

Se hace un plan de visitas a las casas y se le avisa a cada familia la fecha determinada en que puede recibir esta visita. 

Este es un elemento muy importante de la Misión Continental, el cual es característico de las misiones del SINE, por eso debe ser muy bien preparado por el equipo misionero. El visiteo se debe hacer por parejas, no un solo misionero. 

En esta visita se comparte con los integrantes de la familia, ojalá estén presentes todos, y el tema central es el anuncio breve y sencillo, testimonial y directo, del contenido del volante “¿Ya lo tienes tú?” 

Este contenido se debe dar cada vez que haya reunión, diferente del visiteo, con las personas, cuando se sabe que son diversas las personas que necesitan recibir el Anuncio completo. 

Casa de reunión 

En cada uno de los sectores se escogen casas de reunión, preferiblemente, una casa cada tres manzanas para que a todos los quede cercano el sitio de reunión. 

Estas casas pertenecen a personas evangelizadas que ofrezcan sus casas con alegría y acojan las personas con amabilidad y amor. 

Es útil colocar un letrero fuera de la casa para que sea identifica­da como casa de reunión. 

El jefe del sector coloca dos personas responsables y coordina­doras que dirijan la reunión en cada casa. 

Se hace el respectivo aviso donde es la casa de reunión y el horario previsto. En cada casa no debe haber más de 10 personas para propiciar así la participación y que el mensaje llegue a cada uno con seguridad y claridad. 

El tiempo de duración de la reunión es de 90 minutos máximo. 

Tema: 

El anuncio misionero completo, el mismo que se dio en el visiteo, pero aquí un poco más largo, sin desarrollar cada tema como se hará en el Retiro de Evangelización Fundamental. 

La aplicación del anuncio a un tema concreto sobre la familia. 

Elenco de temas sobre la familia, para la casa de reunión 

1. “Dios te ama como padre amoroso” 

El don de la vida y la dignidad del ser humano El Aborto La eutanasia 

2. “El pecado nos separa de Dios” 

Pecados contra la familia 

La violencia intrafamiliar La soledad de los hij os y de los esposos Unión entre parejas de mismo sexo Divorcio y diferencia con la nulidad 

3. “La salvación ya está dada en Jesús” 

Sacramento de matrimonio 

4. “Haz tuya la salvación” 

La unión de las familias y el desarrollo social “Convertirse es volverse a Dios” 

La Oración en familia “Necesitas nacer del Espíritu. 

Metodología: 

Siempre se inicia con la oración que puede ser una invocación al Espíritu Santo u otra apropiada para la ocasión. 

Los temas son expuestos por los coordinadores, responsables de la casa de reunión. 

Luego se propicia el diálogo con algunas preguntas o sugeren­cias que se hagan y que susciten el diálogo y la intervención de 

las personas evitando caer en discusiones teóricas de cualquier tipo y conduciendo a todos los integrantes de la reunión a aceptar el anuncio en-el corazón y aplicarlo concretamente a la familia. 

Este anuncio no se discute, se acepta o no en el corazón. 

Se ponen de acuerdo para la próxima reunión y poco a poco el grupo se va consolidando y van entrando en confianza y relación más profunda. 

Se termina siempre la reunión con la Oración de la Misión. 

El Canto de la Misión (La Familia) siempre debe cantarse en las reuniones hasta lograr que todos se lo aprendan de memoria y lo llegue a cantar espontáneamente, lo cual debe ocurrir con la Oración de la Misión. 

Reunión en la Parroquia 

En el templo o en algún lugar de la Parroquia, cada ocho o quince días mínimo, en la hora que se juzgue más conveniente, se tendrá una reunión abierta a todas las personas que puedan y quieran asistir. 

Es conveniente que esta reunión sea presidida y animada por el Párroco o por un Sacerdote de la Parroquia y puede ser que no siempre hable él sino otro animador evangelizado y con suficiente metodología que llegue a ser atractivo y útil para la gente que asiste. 

El tema es el mismo que se usa en las casa de reunión: 

El anuncio misionero completo y su aplicación a un tema de la familia. 

La metodología debe ser adaptada al grupo que asiste y la puede definir el expositor y animador de cada reunión. 

El tiempo de duración de la reunión es de 90 minutos máximo. 

Nunca debe faltar la oración al principio y al final de la reunión, lo mismo que el Canto de la Misión: Familia, hasta lograr que todos se lo aprendan de memoria y lo canten espontáneamente, lo mismo que debe ocurrir con la Oración de la Misión 

Las Eucaristías 

Las Eucaristías Dominicales y de fiesta deben ser orientadas hacia el tema central de la Misión que es la Familia. 

La Homilía, especialmente, debe hacer referencia al tema de la familia, esforzándonos por hacer la debida aplicación de la • Palabra de Dios a la Familia. 

En estas Eucaristías no debe faltar ni la Oración ni el Canto de la Misión. 

Igualmente los comentarios y toda la Liturgia con sus expresio­nes, debe hacer referencia a la Familia. 

Las Eucaristías de la semana también deben estar iluminadas por el tema de la Familia. 

El ambiente y la decoración del templo (Carteleras, avisos y motivaciones) 

Todo lo relacionado con este aspecto debe referirse, de manera concreta y directa, a la Familia y a los diferentes temas que se vayan tratando en las sesiones que se dan en las casas de reunión y en la Parroquia. 

Cuatro (4) Retiros Espirituales 

Cada seis meses debe invitarse a un Retiro Espiritual. Durante 

los dos años de la Misión (2012-2013) serán cuatro (4) Retiros. Duración: Un día completo'. 

Tema: En cada retiro se escogerá un tema del anuncio completo, siempre con la debida aplicación a la Familia. 

Metodología: Los Retiros se harán por Sectores de la Parroquia. Todas las personas de ese sector son invitadas y pueden asistir, aunque no hayan estado en las Casas de Reunión. 

La metodología del Retiro debe tener siempre: 

-Un buen tiempo dedicado a la oración personal, 

-Una buena práctica de la “Lectio Divina”, 

-La exposición clara y explícita del tema, 

-Un tiempo de compartir por pequeños grupos, 

Una Obra Social en la Parroquia 

La Misión debe tener como uno de sus frutos la definición de una Obra Social en la Parroquia. 

Esta Obra debe ser definida por el Párroco, los Sacerdotes y el Equipo de la Misión y se debe definir un poco rápido para que durante los dos años de la misión se esté alimentando esta idea y en todos los fieles se ambiente y se anime a realizarla. 

Dentro del Equipo de Misioneros se deben nombrar dos o tres personas encargadas de animar y de ir planeando y dándole forma a esta Obra, siempre orientados por el Párroco o por un Sacerdote de la Parroquia. 

La Misa de Clausura de la Misión 

Será ambientada en toda la Comunidad Parroquial con tiempo. Sería muy conveniente la presencia del Arzobispo o de un Vicario de Zona. 

En ella se podrán dar algunas conclusiones y compromisos de la Misión y se informará a la Comunidad sobre la Obra Social que resultó o ha de resultar como fruto de la Misión. 

Allí también se hablará y se clarificará todo lo relacionado con la Post-Misión y el significado más adecuado de que “La Iglesia debe estar siempre en estado de misión”. 

E n síntesis, podemos decir que la Misión: 

Debe aprovechar todas las oportunidades para evangelizar, sin desperdiciar los tiempos fuertes de Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma, Semana Santa, Pascua y las fiestas que se dan en el tiempo ordinario. 

Ha de tener en cuenta a los niños, a los jóvenes, a las parejas de matrimonio, a los no casados por la iglesia, a los que trabajan en la calle (trabajo informal), a los profesionales, a los campesi­nos, a los tenderos, etc. 

Hacer un trabajo con las escuelas, los colegios, las universida­des y todo el sector educativo. 

Seguir adelante con las pequeñas comunidades existentes. 

En fin, se trata de aprovechar todos los medios que tenemos y que podamos crear para llegar a la renovación de las personas, de la familia y de la sociedad, por medio de el primer anuncio, del kerygma, que ha de llegar a todos y en todos se ha de convertir como el medio por excelencia para renovar su vida cristiana: personal y familiar. 

La familia 

Será el centro de nuestra atención y de nuestras preocupaciones. Queremos y nos proponemos darle elementos a la familia para propiciar una renovación familiar en todos los campos. 

Las pequeñas comunidades 

Una de nuestras metas es’renovar la Parroquia por medio de la creación de las pequeñas comunidades, las cuales serán las que continúen todo el trabajo que vamos a reanimar en el tiempo de Misión. El permanecer será posible por medio de las pequeñas comunidades. 

Lapost-misión 

Después de la Misa de Clausura de la Misión se comienza la Post-Misión preparando el Retiro de Evangelización Fundamental, al cual van a ser invitadas las personas que fueron más constantes en las casas de reunión y en las reuniones en la Parroquia y que manifiesten el deseo y la intención de continuar. 

Se debe verificar que ya estén listas, es decir, ambientadas y animadas con la Evangelización que se ha hecho en la Misión. 

Además deben haber participado o estar participando del Curso Bíblico. 

Este Retiro debe hacerse por Sectores; mejor, de acuerdo con el número, pueden unirse varias personas de distintos sectores para realizarlo juntas. La actividad puede hacerse con 20 o 25 asistentes. Y después del Retiro de Evangelización Fundamental, se continúa con los demás elementos del Plan Pastoral del Sistema Integral de Nueva Evangelización, hasta llegar al Objetivo de la Transformación Social. 

El Año de la Fe 

El Decreto emanado de la Arquidiócesis de Manizales nos ilustra en relación con el trascendental significado del “Año de la Fe”. 

Arquidiócesis de Manizales Gobierno Eclesiástico Decreto No. 001/IAF/2012 Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales por gracia de Dios y voluntad de la Sede Apostólica 

Considerando 

Que para dar cumplimiento al Decreto de la Penitenciaría Apostólica del pasado 14 de Septiembre del año en curso, solicitado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización; y, teniendo en cuenta las indicaciones pastorales de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a fin de obtener el don de las Indulgencias durante este Año de Gracia, emitidas en conformidad con el pensamiento del Santo Padre Benedicto XVI, 

Que en esta Arquidiócesis de Manizales, durante todo el Año de la Fe, desde el once (1.1) del mes de Octubre de este año, hasta el (24) del mes de Noviembre del año 2013, todos los fieles que pertenecen a ella podrán lucrar la INDULGENCIA PLENARIA para sí mismos o en beneficio de las almas de los fieles difuntos, cumpliendo debidamente los requisitos que exige la Iglesia en estas ocasiones, 

Decreta 

1. Cada vez que participen al menos tres veces en las reuniones organizadas por las Parroquias o Vicarías para la Misión Continental o al menos tres veces en reuniones o conferencias sobre el Concilio Vaticano 11 y sobre el Catecismo de la Iglesia Católica, 

2. Cada vez que visiten en peregrinación en la ciudad de Manizales, la Catedral Basílica, el Santuario de "Nuestra 

Señora de Fátima" o el Templo Parroquial de "Nuestra Señora del Rosario" en Chipre (réplica de la primera Iglesia Catedral); y fuera de la ciudad de Manizales, las Basílicas de "Nuestra Señora de las Victorias" en Santa Rosa de Cabal, de "Nuestra Señora de las Mercedes" en Chinchiná, de la "Inmaculada Concepción" en Salamina y el Santuario de "San Antonio de Arma"; y allí participen en alguna celebración sagrada o, al menos, se detengan en un tiempo de recogimiento con piadosas meditaciones, concluyendo con el rezo del Padre Nuestro y la Profesión de Fe. 

3. Cada vez que participen en una solemne Celebración Eucarística u otra celebración litúrgica, añadiendo la Profesión de Fe, en cualquier lugar sagrado de la Arquidiócesis, en las siguientes festividades: Navidad, Epifanía, Miércoles de Ceniza, Domingo de Pascua, Domingo de Pentecostés, Domingo de la Fiesta de San Pedro y San Pablo "Fiesta del Papa", Fiesta de la "Virgen del Carmen" el 16 de julio y Domingo de Cristo Rey, clausura del Año de la Fe, al terminar la procesión del Corpus Christi" y del Sagrado Corazón de Jesús. 

4. Un día libremente elegido por los Párrocos, durante el tiempo de Cuaresma del año 2013, o en la Eucaristía de clausura de la Visita Pastoral, que hace el Arzobispo a la Parroquia; o en la piadosa visita del Bautisterio o el lugar donde recibieron el Sacramento del Bautismo, renovando allí mismo las promesas bautismales y recitando con devoción el Credo o Profesión de Fe. 

5. A los fíeles que participen en las Peregrinaciones que organiza la Conferencia Episcopal de Colombia y la Arquidiócesis de Manizales para el Encuentro con el Papa en Río de Janeiro y la visita al Santuario de "Nuestra Señora de Guadalupe", Patrona de América Latina. 

Con ocasión del Día de la Resurrección de Jesucristo, en la celebración del Día de la Pascua, impartiré la Bendición Papal con la Indulgencia Plenaria, lucrable por parte de todos fieles que reciban la bendición con devoción en la Catedral Basílica Metropolitana, de acuerdo con la programación para la Semana Santa. 

Los fieles cristianos que devotamente recibieren la Bendición Papal, aunque por una circunstancia razonable no puedan participar físicamente de los Sagrados Ritos por graves motivos (como las religiosas que viven en los monasterios de clausura perpetua, los encarcelados, los ancianos, los enfermos, así como quienes, en hospitales u otros fugares de cuidado, prestan servicio continuo a los enfermos) lucrarán la Indulgencia plenaria, con las mismas condiciones, si unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes y se valen de los medios televisivos, radiales o vía "streaming" a través de la Página Web de la Arquidiócesis, con intención piadosa, recitando en su propia casa o allí donde el impedimento les retiene (por ejemplo en la Capilla del Monasterio, del hospital o en la cárcel...) el Padre Nuestro y la Profesión de Fe, ofreciendo sus sufrimientos o los malestares de la propia vida, pueden también alcanzar la Indulgencia plenaria. 

Faculto a todos los Vicarios Episcopales, a todos los Canónigos de la Iglesia Catedral y a los Párrocos de las Basílicas, Santuarios y Templos Parroquiales, señalados en el No. 2 para recibir las peregrinaciones arquidiocesanas, para que puedan oír las confesiones de los fieles en los casos de una eventual reserva o una censura a tenor del Canon 508,1 (es decir de las mismas censuras que puede absolver el Canónigo Penitenciario). 

Estos confesores, tras advertir a los fieles de la gravedad de pecados a los que se vincula una censura, determinarán apropiadas penitencias sacramentales, tales para conducirles lo 


más posible a una contrición estable; y, según la naturaleza de los casos, para imponerles la reparación de eventuales escándalos y daños. 

El presente Decreto tiene validez únicamente para el Año de la Fe 

Manizales, 11 de octubre de 2012 

COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE GONZALO RESTREPO RESTREPO Arzobispo de Manizales

jueves, 20 de septiembre de 2018

5. PARROCOS Presbítero Jorge Eliuth López Hernández

5. PARROCOS

Presbítero Jorge Eliuth López Hernández 



Nació en Manizales, en donde realizó sus estudios de primaria y los primeros años del bachillerato, el cual fue a terminar a Pereira. Estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia Bolivarianaen Medellín. 

En 1999, de manos de Monseñor Fabio Betancur Tirado, recibió la orden del presbiterado, en la Parroquia de la Inmaculada en Manizales. 

El 10 de marzo de 2010 tomó posesión de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, hasta el 4 de enero del 2012. 

Es profesor externo del Seminario Mayor de Manizales; profesor en el CECAM, al frente de la Pastoral Juvenil y Vocacional de laArquidiócesis. 

Cuando se refiere a la comunidad de Villa Pilar, se transporta para definir la calidez humana, la alegría y la solidaridad. Imposible para él nombrar feligreses colaboradores con la Parroquia, pues, sin duda, cometería pecado por omisión. La colaboración de la comunidad es excelente y, gracias a ello pudo emprender obras como el Despacho Parroquial, la restauración del Presbiterio (cambio de baldosas) la sacristía, la construcción de las salas penitenciales, el cambio de las redes eléctricas, la pintura del templo...


miércoles, 19 de septiembre de 2018

5. PARROCOS Presbítero Horacio de Jesús Gómez Orozco

5. PARROCOS 

Presbítero Horacio de Jesús Gómez Orozco 


Es osadía de nuestra parte biografiar un personaje de sabidurías abismales, incrusta­do en las memorias del Clero de Caldas y del País; hablar del padre Gómez Orozco, ínclito sacerdote predestinado para el cultivo de la historia religiosa, la historia del Arte Sagrado y la historia general, es un atrevimiento más que venial. En consecuen­cia, vale dejar el campo a quien prologó una de sus magnas obras: “Por las trochas del evangelio fue el doctor Carlos Arboleda González quien durante muchos años le ha seguido el rastro a este religioso intelectual y, en el prólogo citado, así resume su extensa hoja de vida: 

“El presbítero Horacio Gómez Orozco posee atributos profesionales, intelectuales, religiosos y personales que lo convierten en un sacerdote fuera de serie. No hay, en la región, ni quizás en el país, quien conozca tanto de arte religioso como él. Su colección privada de iconos, tallas y lienzos, con motivos religiosos, es extraordinaria, única, deslumbrante. El, que ha tenido el privilegio de haber viajado por el mundo, y que posee el don la palabra exaltada, además de una cautivadora personalidad llena de humor, gracia y distinción, tiene amigos en los más alejados rincones de Colombia y el mundo. Adicionalmente, se ha cultivado en diferentes ramas del saber. Por las trochas del evangelio, su mejor trabajo intelectual, entre varios que ha realizado, es un recorrido completo por la historia eclesiástica de esta región de la patria... la Colonización Antioqueña... las iglesias de Aguadas, Pácora, Salamina, Aranzazu. Filadelfía, Neira y Manizales, donde, nos lo certifica Gómez Orozco, según documento de laNotaría Segunda, el lote de la primer capilla de Manizales, identificado con el número 10, era un pequeño solar de 30 varas de frente y 40 de centro. La segunda iglesia construida en Manizales, en 1876, fue la de Nuestra Señora de la Cueva Santa, hoy perteneciente a la Parroquia de Santa María del Pilar dirigida por el padre Horacio Gómez y de la que conserva, por cosas del destino, su primer crucifijo y otros valiosos objetos. Son igualmente importantes los aportes que se hacen a la historia de la arquidiócesis de Manizales. 

Horacio Gómez Orozco, autor de varios textos, como el bellísimo libro, también publicado por la Secretaría de Cultura de Caldas: Tesón de una estirpe. Catedral Basílica de Manizales. Allí dejé consignada mi admiración por el clero caldense, por aquellos hombres prolíficos intelectualmente y comprometidos con la difusión de la doctrina de Cristo de manera ejemplar”. 

Por tratarse de un hombre cuyo lema también parece ser el de “trabajar, trabajar y trabajar”, no importan las repeticiones; repasamos aquí muchos de los pasos del padre Horacio Gómez: 

“Siendo antioqueño se ha convertido en un caldense raizal, por eso ha decidido que en estas tierras paradisíacas reposen, cuando lo llame el Eterno, sus cenizas”. Fue también afirmación del doctor Arboleda González, cuando en la Fundación Santillana, en Bogotá, el 30 de octubre de 2008, presentó la magnífica obra “Tesón de una Estirpe. Catedral Basílica de Manizales”. 

Nació en Marinilla el 20 de enero de 1939; hijo de Luis Enrique y Leonor. Sus estudios de bachillerato y de filosofía los adelantó en el Seminario Arquidiocesano de Medellín; la teología, en el Seminario Arquidiocesano de Manizales y en la Universidad San Buenaventura en Bogotá. 


En Roma hizo los siguientes estudios: 

En derecho canónico: cursos para el doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana; en la Congregación de los Sacramentos, sobre matrimonio rato y no consumado; en la Congregación de las Causas para los Santos, estudios para postulador; en la Rota Romana, estudios para abogado rotal. 

En Arqueología: Diplomado en el Instituto Pontificio de Arqueología. 

En arte diplomado en el Instituto de Arte Sacro, Beato Angélico, de la Pontificia Universidad de Santo Tomás; curso sobre edificios para el culto, en la Universidad de San Anselmo;-y estudios sobre historia del arte en el Instituto Dante Alighieri. 

En Bioética: curso especializado en el Hospital Agostino Gemely de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán. 

De manos de Monseñor Arturo Duque Villegas, Arzobispo de Manizales, recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1963, en nuestra Catedral Basílica. En esa época, el rector del Seminario Mayor de Manizales era el reverendo padre Eduardo Gagnon, quien años más tarde recibió el anillo cardenalicio. Ya como cardenal, era el presidente del Consejo para la Familia, en el Vaticano. El padre Gómez Orozco debe guardar en lo más profundo de su corazón la deferencia de tan alto prelado quien, en su compañía, regresó a Manizales el 17 de agosto de 1988, para celebrar los 25 años de sacerdocio del grupo de Horacio, justamente cuando acababa de finalizar en Roma sus estudios de Derecho Canónico. En la concelebración, entre los sacerdotes ex discípulos del Cardenal, mencionamos los más conocidos en Manizales: Monseñor Rodrigo Escobar Aristizábal, el padre Pedro Nel Alzate Giraldo, párroco de Nuestra Señora del Pilar en esta fecha y capellán de la Universidad de Caldas, el padre Alberto Calderón Salazar, padre Jairo Duque Arbeláez (rector del Semenor), padre Mario 

Vallejo Patiño, Padre Gentil Giraldo (párroco de la Asunción), padre Diego Rivera y padre Bernardo Naranjo Giraldo (párroco de la Catedral). 

El presbítero Horacio ejerció su apostolado en Aguadas, al frente de los destinos de la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá (año 64). Al año siguiente, en Santa Rosa de Cabal, en donde construyó el templo de Santa María del Monte Carmelo. Luego, laboró durante 10 años como párroco en La Santísima Trinidad en donde dejó para Manizales uno de los más bellos e importantes templos de la ciudad, construido con fondos recolectados en festivales en los que agrupaba no sólo la comunidad del vecindario, sino también la de otros barrios de la ciudad. Allí laboró hasta el año 79. 

En el 80 hasta el 82, fue nombrado por Monseñor José de Jesús Pimiento, como Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Manizales. En el año 83 participó, en Popayán, en la reconstruc­ción de la Catedral, venida a menos en el famoso sismo de ese año. Asimismo, participó, en la ciudad de Cartagena, en la planeación de la recuperación de la Diócesis de esta ciudad, cuando sufrió una crisis económica en la época de Monseñor Rubén Isaza. 

Luego, trabajó en la Conferencia Episcopal con Monseñor Revolledo, obispo de Pamplona, Director de Planeación Pastoral en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano. 

Fue el subdirector de Servicios Generales en el Comité de preparación de la visita del santo padre Juan Pablo II a Colombia y, en su papel clave estuvo al frente de la logística para lo que debió conformar equipo de trabajo con el presidente Belisario Betancur, con Noemí Sanint, con Luis Carlos Sarmiento Angulo, encargado de la parte económica, y con el Coronel Plazas Vega, encargado de la seguridad del Papa. 

Entre otros cargos desempeñados, hay que agregar el de Vicario Judicial en el Tribunal Eclesiástico Regional de Medellín (10 años) y del Colegio Helvetia en Bogotá. 

Presidente Emérito de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica. 

Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia. Fundador del CECAM y cofundador de la Universidad de Manizales. Profesor de Derecho Canónico en las Pontificias Universidades Javeriana de Bogotá y Bolivariana de Medellín y en la Universidad de Antioquia, Capellán de las Universidades de la Salle en Bogotá y Lasallista en Medellín, Postulador de la causa de Canonización de la Madre María de Jesús Upegui Moreno, Fundadora de las Siervas del Santísimo y de la Caridad, Capellán del Palacio de la Gobernación de Caldas, Director del Museo dq Arte Religioso de Manizales y Prior de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. 

Libros Publicados: 

Dios es nuestro Padre. 

La Pascua. 

Ayudas para la Semana Santa. 

La Iglesia en Colombia. 

Arquidiócesis de Manizales. 

De los Concilios Provinciales a la Conferencia Episcopal de Colombia. 

Historia del Arte Universal en tres tomos. 

El Primer Obispo de Medellín. Mons. Valerio Antonio Jiménez Hoyos. 

El Cardenal Alfonso López Trujillo. 

Tesón de una Estirpe. 

Catedral Basílica de Manizales. 

Por las Trochas del Evangelio. 

Libros por publicar: 

Historia de la Arquidiócesis de Manizales. 

Sermones y Homilías. 

Los Gómez de Castro, fundadores de pueblos y ciudades. 

La causas de nulidad del matrimonio canónico. 

Después de pasar otro tiempo en Roma, regresó en el año 2000; Monseñor Fabio Betancur lo nombró en la Basílica de Las Mercedes en Chinchiná y a los dos años párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar en Manizales. Cuando entramos en este templo y contemplamos vitrales e imágenes, percibimos las huellas profundas de un verdadero erudito también en la Historia del Arte. 

Muchas veces hemos escuchamos la sentencia: “Sólo se arrojan piedras al árbol cargado de frutos”. Ocurrió en nuestro vecindario; con acusaciones infundadas causaron el relevo del Padre Horacio, y dejaron atónita a la comunidad de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. El doctor Arboleda volvió a escribir y a expresar en su columna del diario local, no sólo su sentimiento, sino el pensar de la gran mayoría de los hijos espirituales del Padre Gómez Orozco: 

“Y así pasan los días. En defensa del presbítero Horacio Gómez Orozco.

No hay en la actualidad, en el departamento de Caldas, un sacerdote más conocido, admirado y querido que el padre Horacio Gómez Orozco. Suya largo apostolado en la doctrina de Cristo, su vida ejemplar, la generosidad con la que se ha entregado a las parroquias en las que ha desempeñado su ministerio, su extraordinario don de gentes, su capacidad de convocatoria, su simpatía, su oratoria sagrada -hoy tan escasa-, su firmeza en la defensa de los pobres, su compromiso con las comunidades, son sus huellas indelebles. Primero en Santa Rosa de Cabal, luego en la recién creada parroquia de la Santísima Trinidad, más tarde en la Basílica de Chinchiná y desde hace 10 años en la Parroquia de Villa Pilar, constituyen su periplo vital y testimonial de lo que debe ser un buen exponente del legado del Jesús histórico y teológico. Incluso ha desempeñado funciones como párroco en Venecia, Italia. 

Para envidia de muchos de sus críticos, nació con una cuchara de plata en la boca. Su padre fue un gran transportador en Antioquiay Urabá, dueño de inmensas fincas, quien, al morir en un accidente, les dejó una cuantiosa fortuna. Parte de la cual ha quedado, de manera palpable, en las parroquias que ha regentado. Hoy en día, con la deserción de fieles que ha cobijado a la iglesia católica y la crisis económica, la mayoría de las parroquias ya no son autosostenibles. Y los feligreses que lo han conocido pueden testimoniar, sin mucho esfuerzo, que en todas se ha quedado parte de ese patrimoniofamiliar heredado. Mi infancia transcurrió en el barrio Belén. Lo conocí cuando él llegó a este sector como párroco de la Santísima Trinidad, hace ya más de 40 años, y cuando se retiró dejó una bella iglesia construida en estilo español, orgullo en la actualidad de los templos de Manizales. 

A su cúmulo de atributos, debemos reconocerle su talante intelectual. Ha sido un viajero impenitente y un estudioso de las más diversas ramas del conocimiento. Teología, sagradas escrituras, arqueología, psiquiatría, arte, filosofía, literatura, idiomas, son ramas que domina. Varios doctorados y especiali- zaciones adornan su brillante hoja de vida profesional. Dos obras fundamentales para la vida intelectual y religiosa de Caldas publicó en menos de dos años: “Tesón de una estirpe. Catedral Basílica de Manizales’’ e “Historia eclesiástica de Caldas. Por las trochas del evangelio ’’. 

Todas estas cualidades de su vida personal y sacerdotal hubieran sido razones, más que suficientes, para haber culminado su brillante recorrido como obispo. 

Pero no todo es perfecto en la viña del Señor. Un anónimo, de alguien que ya está plenamente identificado, ha querido “hacer tabula rasa”, borrón y cuenta nueva, con la vida y la obra de, repito, el más popular y conocido de los sacerdotes de Caldas. Un sujeto despreciable, de baja categoría moral, un cobarde, excusado en un escrito que no se atrevió a firmar, dirigido a los obispos Fabio Betancur Tirado y Gonzalo Restrepo Restrepo, con toda clase de afirmaciones temerarias y sin pruebas, ha servido de excusa, no lo entendemos cómo, para que el padre Horacio Gómez sea relevado como párroco de una comunidad que lo venera, respeta y ahora lo llora. Así le paga el diablo a quien bien le sirve. Así tratan los obispos a un sacerdote ejemplar, a un pastor que se ha entregado a su comunidad sin descanso, sin pausa, con entusiasmo, con aportes económicos, con sacrificio. 

No es la primera vez que se comete una injusticia como esta con un servidor eclesiástico. El padre Gonzalo Sánchez Zuleta, quien fue despojado de su cátedra de patrología y patrística del Seminario Mayor, la que ejerció, con lujo de competencias, durante 35 años, tuvo que desocupar su cuarto de habitación e irse, contra su voluntad, con su magnífica biblioteca, de más de 15.000 volúmenes, a vivir a una ciudad como Bogotá que acabó con su vigor intelectual y sus deseos de vivir. 

Monseñores Fabio Betancur y Gonzalo Restrepo: no entende­mos, como ciudadanos, como seguidores de Cristo, como hombres de fe, que de manera precipitada se haya tomado la determinación de separar de sus funciones al padre Florado Gómez Orozco. De sostenerse esta decisión -que estoy seguro así será-, mal final y mal comienzo han tenido ustedes dos. El Jesús humilde, el que dio la otra mejilla, el que perdonó a sus enemigos, el que se entregó en la cruz a sabiendas que la hubiera podido evitar, el prudente, es la imagen que quisiéra­mos tener de los sucesores de Pedro en Manizales. No la de Pilatos que, por indecisión, entregó la cabeza de Jesús, el Dios hombre, por la de un bandido como Barrabás ”. 

Con el padre Horacio Gómez el tema es inagotable; en las páginas anteriores, en lo relacionado con la construcción del 

Templo, ya hubo algunos interesantes apuntes; aquí cerramos con la mención del Jubileo: 

“En el año 2006 se celebró el Jubileo y fue proclamado por el Santo Padre año santo parroquial con motivo de los 25 años de la creación de la Parroquia que culminó con la consagración y dedicación del templo como Santuario Mariano, acto que fue presidido por Monseñor Fabio Betancur Tirado y con los Señores Obispos Tulio Duque Gutiérrez y Leonardo Gómez Serna acompañados de un número significativo de sacerdotes. 

así se despidió de su feligreses el Padre Horacio 


Manizales, domingo 14 de marzo de 2010 Mis queridos Hermanos y Amigos: 

Viví con ustedes diez años que han sido preciosos para mí. Ustedes me ayudaron a crecer mucho espiritual y humanamen­te. Ustedes son personas muy amadas para mí, tiernas, dóciles, afectuosas, cultas, muy piadosas y cristianos ejemplares, muy avanzados en el amor a Dios y al prójimo, que es el resumen de toda la ley y los profetas. 

Después del Sagrario, con la presencia real de Jesucristo, el mayor tesoro que posee esta comunidad parroquial, son el Padre José Dubel Londoño y el Diácono Javier Aristizábal. 

Mi ignorancia y mis grandes limitaciones, seguramente que han empañado la obra de la salvación, pero en cambio, mi buena voluntad y mis esfuerzos han sido constantes y muy grandes. En últimas el que da la gracia y la salvación es el Señor. 

Más de 250 personas consagradas al Señor, en los grupos de oración, de catequistas, de renovación carismática, de Nueva Evangelización y en los oratorios marianos, hacen que esta comunidad sea espiritualmente muy fuerte. Yo los veo hermosos a mis ojos. Dios los ve preciosos. Está enamorado de ustedes. 

Ustedes han construido un precioso Templo-Santuario para bendecir y alabar a Dios y a la Santísima Virgen María. Los vitrales del templo, son dignos de la mejor catedral de Europa. Siéntanse orgullosos de su parroquia, que sin lugar a dudas es una de las más hermosas y organizadas de la ciudad. 

La parroquia no queda con ninguna deuda, queda una cómoda vivienda para el párroco, les dejo preparada la Semana Santa, las imágenes listas para las procesiones y hasta el cirio pascual. 

También les queda preparada y financiada la Navidad para los niños pobres, 300 regalos que cuestan más de cinco millones de pesos. 

La devoción, el fervor y la disciplina de ustedes son admirables. La gran mayoría de ustedes viven en Gracia de Dios y participan en el Banquete Eucarístico. Según el Concilio Vaticano II, todos los esfuerzos de la Iglesia, se dirigen a este fin. 

Es necesario valorar y agradecer el ejemplar trabajo que realizan en un extenso sector de la parroquia los Reverendos Padres Agustinos Recoletos y sus seminaristas de La Linda. 

Gracias a su celo pastoral, la cura de almas que ellos allí ejercen, es modelo de acción pastoral conjunta entre el clero secular y una de las órdenes religiosas más antiguas e importantes de la Iglesia. 

El Señor Arzobispo quiere que yo me traslade a otra parroquia. El día de mi ordenación sacerdotal, prometí obediencia y reverencia a mi Obispo. Le ruego a Dios cumplir este voto hasta el día de mi muerte. 

San Ignacio de Antioquía decía: "Donde está el obispo está la Iglesia, el que obedece al obispo, obedece a Cristo, nada sin el obispo". 

Excelentísimo Señor Arzobispo. Su Excelencia ha tomado la determinación de trasladarme a la Parroquia de "San Antonio María Claret de Manizales", una vez la entreguen los Reverendos Padres Claretianos en el próximo mes de octubre. Ante la Comunidad Parroquial de Nuestra Señora del Pilar, le acepto el traslado. 

Excelencia, en vista de esta decisión pastoral suya, manifestada hoy, ante Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, Arzobispo Coadjutor y ante la Comunidad Parroquial de Nuestra Señora del Pilar, expreso mi agradecimiento de mantenerme como colaborador en su tarea pastoral en la Parroquia de San Antonio María Claret. Lo hago como un acto de obediencia sacerdotal y en cumplimiento de mi promesa hecha el día de mi Ordenación Sacerdotal, de consagrarme total e irrevocablemente al servicio de la Iglesia. 

Que Dios me conceda su gracia. Confío en su oración y en la de la Comunidad Parroquial para que el Señor me mantenga en su fidelidad y para que siempre sea un sacerdote santo, según los deseos de su corazón y los de su pueblo santo. 

Me despido de ustedes mis hermanos y amigos muy amados, prometiéndoles que en Roma, sobre la tumba del Apóstol Pedro y en Jerusalén, sobre el sepulcro del que salió resucitado.y victorioso, el Señor de la Historia, oraré por cada uno de ustedes, a quienes siempre llevaré en mi alma y en mi corazón hasta la eternidad. 

Padre Horacio 

martes, 18 de septiembre de 2018

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO 

“Habemus Parroquia” 


Antes del Decreto 137 de diciembre de 1979, los padres Agustinos del Seminario de La Linda celebraban la Liturgia en los terrenos de la actual jurisdicción de esta Parroquia, según nos cuenta una testigo fiel de nuestra vida parroquial; se trata de doña Aracelly Soto quien, con su apostolado social merece nuestro aplauso sincero y una página especial en esta historia. A la entrada del núcleo uno de la célula trece, se ubicaba una mesa y allí se celebraba la sagrada Liturgia, y en un apartamento del mismo edificio, precisamente residencia de la dama en mención, en una de las habitaciones se improvisaba el sitio para el confesionario. 

Según el Decreto citado, en diciembre de 1979 comenzó la vida parroquial de Villa Pilar. 

El doctor Ramón Correa Jaramillo, feligrés de la nueva Parroquia, era el auditor en el Instituto de Crédito Territorial y, sin necesidad de mucho discurso, solicitó del gerente de esta entidad -“devoto” de Nuestra Señora del Pilar- el lote para la construcción del templo. Y el sitio fue señalado. 

Mientras tanto, continuaba la celebración de la santa Misa en sitios diferentes; ya mencionamos lo que fue la primera Misa de nuestra vida parroquial, al referirnos a la breve estadía de Monseñor Duván Isaza, cuando llamó al doctor Ramón y le sugirió una mesa a la entrada de su bloque correspondiente a la célula cuatro, núcleo uno. 

Sabemos de la calle 10B, carrera 4a, en donde actualmente existe un supermercado; antes era una droguería. En esa esquina, sin problema de ninguna naturaleza, se oficiaba l;i Liturgia; era como Misa Campal. 

Y así continuó nuestra incipiente Parroquia. Cuando el párroco no podía asistir, recurría al doctor Ramón para que le consiguie­ra el remplazo; a veces asistía Monseñor Mario Isaza, Vicario General; otras veces el padre Cosme Cañas; en fin, hasta un regaño se ganó el doctor Correa: 

-¡Deje esa gestión al párroco! ¡Es él quien debe buscar la solución y no usted! -le respondió un sacerdote Jesuíta de'quien estaba solicitando el favor. 

Cuando Monseñor José de Jesús Pimiento asistió a un festival de “gaseosas, empanadas chorizos y otras viandas”, organizado por una junta liderada por el padre Antonio Nieto Arias, aceptó de buen agrado aprovechar la visita para bendecir la primera piedra; y le preguntó al Párroco: 

-¿Dónde es? 

-Allá abajo, porque cambiaron el sitio - respondió el párroco. 

El espacio quedaba al frente de la célula 13. Si un filósofo hubiera inspeccionado, habría gastado su tiempo reflexionando el límite entre el barro acuoso y el lodazal. El Arzobispo seguramente recordó el pasaje del Evangelio según San Mateo 14, 22-36: “Z)e madrugada, Jesús, caminando sobre las aguas del mar, se les acercó a sus discípulos.. .”; Monseñor era muy consciente de que la feligresía no estaba en condiciones de milagrosas caminadas sobre tierra enlagunada; por este sitio precisamente bajaron desenfrenados los materiales de los trinchos arrasados por la incontenible fuerza de la catastrófica 

avalancha del año 65. Monseñor Pimiento le reclamó al doctor Ramón Correa, auditor del Instituto de Crédito Territorial: 

— ¡Aquí no regalaron nada, doctor Ramón! 

El prelado sabía de las instancias autorizadas para buscar el cambio del lote por otro en donde los feligreses no necesitaran embarca­ción para asistir a la liturgia. Y se recuperó el espacio inicialmente señalado, lo que naturalmente implicó el cambio de los planes ya trazados para la urbanización en acto; por esa razón en Villa Pilar no existe la célula cinco. En este espacio no había laguna, aunque no sobra mencionar el pesimismo de muchos parroquianos, pues, como acababan de construir los bloques para viviendas, los escombros y basuras estaban allí acumula­dos, trabajo de limpieza de la que fue actor y testigo don Pedro Antonio Ochoa como en otra parte lo hemos recordado. 

De la página de los recuerdos jamás borraremos los “ires y venires” para contar con la propiedad del espacio. El Instituto de Crédito otorgó el terreno, pero ipso facto cayó la demanda: esta entidad legalmente no era competente para hacer esta clase de cesiones; fue menester reversar. El Instituto debía entregar el lote al Municipio y, luego, el Municipio adjudicarlo a la Arquidiócesis; fue una de las gestiones del padre Nieto Arias, acompañado con los miembros de la J"nta paso a paso siempre activa en el nacimiento de la Parroquia. 

A la llegada del padre José Pablo Escobar, ya los papeles estaban completamente saneados; ahora, a buscar cómo lograr los planos. El nuevo administrador parroquial, con muchas relaciones, siempre ha sabido en dónde anida la garza. Seguramente estuvo por la Facultad de Arquitectura. Se nos escapa el nombre del profesor, pero sí tenemos al autor de la maqueta: Gonzalo Gallego González, delineante de arquitectu­ra. Excelente trabajo y, según nos cuenta, lo preservó durante varios años hasta que otros intereses ocuparon su atención a tal punto que fotos y maqueta fueron finalmente cubiertos y embolatados entre la bruma del tiempo. 

El padre Pedro Nel Alzate se posesionó para pastorear en la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. Y a continuar con capilla prestada para la celebración de los oficios litúrgicos. En la mente de algunos feligreses ya era familiar la historia de la presentación de María Santísima al Apóstol Santiago, cuando le pidió la construcción de una iglesia con altar en torno al pilar donde estaba ella de pie; hoy es el templo conocido como la gran Basílica Mayor de Zaragoza. Y para la iglesia nuestra había espacio; era necesario comenzar, y el padre Alzate contaba con excelente estado físico, todavía buenos hombros y fina espalda para echarse encima esa acción. Sólo tres millones ochenta mil pesos era la disponibilidad de presupuesto, según cuentas recibidas del padre José Pablo Escobar. Esa suma comenzó a disminuir con velocidad uniformemente acelerada: un megáfono de $55.700,00, necesario para invitar a los feligreses a la Liturgia, o al convite para principiar con el despeje y la limpieza del lugar. 

Pero.. .¡un momentico, padre! En ese terreno sólo puede haber escobas y palas para recoger la basura; pero todavía nada de excavaciones; debe contarse con el permiso de Planeación... 

Y sigue disminuyendo la cuenta: el impuesto en la oficina de Hilos y Niveles fue de $77.060. Por el estudio de suelos, $118.250,00; luego, pagar por aprobación de planos, $178.300. 

¿Puedo empezar? -preguntó el padre en la oficina de 

Planeación. 

-Vamos a ver qué puede hacerse -le respondieron. 

Al día siguiente, cuando abrieron la oficina mencionada, ya estaba a 1 a puerta e 1 padre Pedro Ne 1. 

-¿Ya está listo el papel? ¿Puedo empezar? -preguntaba el padre. 

-Vamos a ver qué se puede hacer-fue otra vez la respuesta. 

Y al día siguiente... 

Y al día siguiente... 

Y... 

El padre Pedro Nel había estudiado Moral en el Seminario; pero en esa asignatura, pasaron inadvertidos los delitos de concusión y de soborno, porque... los de cuello blanco, cuando se arriman al confesionario, jamás van arrepentidos por esta desviación. Y si el padre hubiera reflexionado en el país en que vivimos, tierra de concusionarios, no se le hubiera ocurrido pensar en el soborno y, en consecuencia, hubiera renunciado a tan fatigante espera. 

A esa oficina llegaba, fiel al horario y allá se sentaba con paciencia a rezar el Breviario, a leer algunas lecciones de la Biblia o el periódico del día. Seguramente la señora, la de los tintos a los empleados de la oficina, se preguntaba por el extraño visitante de todos los días. Y el levita esperando el milagrito: que la anhelada aprobación saliera rápido para iniciar los trabajos de la construcción. El administrador de la Parroquia no desmayaba y escuchaba todos los días la misma respuesta: “Vamos a ver qué puede hacerse”. ¿Por qué al presbítero Alzate no le llegó a la mente pedirle con devoción el milagrito a la santísima Virgen del Pilar?. 

Un día se le ocurrió al padre llevarles a los oficiosos funciona­rios una botella del de consagrar. ¡Vino bendito! Hizo el milagro. Quizás los empleados fueron vencidos por la constan­cia del párroco que no había acatado “untarles la mano” para acelerar el permiso necesario. Debieron contentarse con lina botella de vino. Al día siguiente le tenían el documento para iniciar la construcción. 

Seguro Nuestra Señora del Pilar le señaló a Alzate Giraldo la ruta de El Viejo Zacatín para ir a buscar los trabajadores que habrían de iniciar por lo menos el despeje del terreno. Fue don José Castillo el primer oficial mayor para encargarse, con otros trabajadores, de la limpieza del lote; esa primera labor costó $30.000. Los testigos de esa acción miraban incrédulos la cantidad de escombros y basura de toda clase acumulada precisamente en ese sitio ya destinado para la construcción del templo. Incrédulos trabajadores y observadores noveleros, atónitos observaban cómo ese lugar había sido utilizado como escombrera. Parecía como si no hubiera tierra firme; cavar y cavar fue tarea dispendiosa; dos metros de profundidad y continuaba el depósito de basura: retazos de tenis, hilachas de ropa vieja, residuos y desperdicios de diferente índole; tres metros de excavación y más escombros; cuatro metros y cavar y cavar y basura y basura, removiendo, removiendo, hasta que un día, así como Rodrigo de Triana feliz avistó la tierra de la Isla de Guanahani, uno de nuestros trabajadores también gritó jubiloso: “¡Tierra!, ¡tierra!”. 

Un atranco inesperado 

Después de hallar tierra fírme surgió otro encarte real. Al padre José Pablo le habían regalado unas enormes rocas que, a la hora de la verdad resultaron ser un gran estorbo; mucha dinamita hubiera sido necesaria para convertirlas en balasto. Fue necesario optar por el ejemplo de los “marinillos”. Según cuentan, los habitantes del municipio de Marinilla (Antioquia) en alguna ocasión estaban molestos por un terrero en el parque; se reunió el Concejo para tratar el asunto y al fin, hubo un acuerdo: cavar una fosa para echar la tierra. Aquí en Villa Pilar también toco abrir una enorme fosa para echar la piedra. 

Pero había “tierra firme”; y así lo declaró el laboratorista al estudiar la resistencia del terreno; hubo vía libre para continuar los trabajos; empezamos a ver las columnas bien amarradas de una enorme canasta que daba la vuelta a todo el lote; ya las obras empezaban a mostrar cara, como para enfervorizar a los tibios. 

Julio, agosto y septiembre, cada semana más o menos $ 100.000 (cien mil pesos) por concepto de pago a trabajadores; la columna del “Haber” sigue obedeciendo a la “Ley de la Gravedad”; la columna del “Debe” aún no se mueve, hasta que los feligreses vieron a los empleados de “hilos y niveles” y así empezó el optimismo acerca de la edificación del templo. No faltaron los opositores, pues, los vecinos dueños de vehículos ya habían dispuesto del terreno como parqueadero e inclusive lo habían cercado con guadua y alambre de púas; se enojaron con el sacerdote cuando éste empezó a disponer del espacio para acumular los materiales; el padre debió mostrarles a cada uno las escrituras para convencerlos de que este terreno era de la Arquidiócesis desde hacia muchos días y estaba destinado para la construcción del templo. 

Finalmente los feligreses se comprometieron con los festivales y banquetes. El padre logró la participación de la Banda del Batallón para tres o cuatro festivales en un año. 

Recordamos cómo, por concepto de un festival y la rifa de un televisor, entraron un poco más de $700.000 (setecientos mil pesos). No podemos callar los nombres de algunos donantes, principiando con un millón de pesos como aporte de la Arquidiócesis; la Vicaría de San Antonio cien mil pesos; del padre Femando Uribe y del padre Camilo Arbeláez, fueron $130,000 (ciento treinta mil pesos), en fin, la columna del “Debe” empezó a moverse y en mayo del 89, cuando se asentó el valioso aporte de “ADVENIAT” ($4.900.000- cuatro millones novecientos mil pesos) hubo un respiro, pues en saldo apenas había cuatro mil trescientos treinta y tres pesos. Y siguen las compras de hierro, arena, gravilla, puntilla, afirmado, herramienta y mucho más. Rifas, banquetes y... siguen las donaciones; en junio del año 90, otro aporte de ADVENIAT: tres millones novecientos sesenta y cuatro mil pesos. En la columna del “Debe” iban asentándose los pesos producidos por la venta de la infaltables empanadas, chorizos y chicharrones. 

El revoque de la torre corrió por cuenta de los señores doctor Ramón Correa, Rodrigo Higuera Valencia y Alberto Rodríguez; cada uno aportó $200.000, además de la colaboración para las bancas. 

A esta columna también llegó la donación de las familias que, según el número de metros cúbicos de sus viviendas, habían acordado para la construcción del templo. 

Por supuesto, no faltaron las críticas por el diseño; hubo quien lo comparó con un grande cobertizo o galpón, o simplemente un garaje. 

Muchos otros miran complacidos el pasado; recuerdan los trabajos hasta la una o dos de la mañana, con “Pollito asado” de refuerzo y uno que otro “guarito” en forma furtiva para resistir el frío de la media noche. Don Pedro Antonio Ochoa fue durante algún tiempo el oficial mayor en el levantamiento de columnas y paredes del templo; luego el piso, las escalas y hoy, como muchos otros trabajadores, con sonrisa de complacencia miran el pretérito del que pueden ufanarse seguros de que cuentan con la protección de Nuestra Señora del Pilar.