jueves, 1 de noviembre de 2018

DÍA TRAS DÍA, TE BENDECIRE Y ALABARÉ TU NOMBRE”




En el domingo, la Iglesia, reunida como la Familia de Dios, expresa su fe comunitaria y desde ahí se compromete a ser luz en medio de las vicisitudes de cada día. Una Eucaristía no nos puede dejar indiferentes; participemos con fe y esperanza celebrando el gran regalo de la Palabra de Dios. El profeta Isaías nos invita a “buscar al Señor" y de esa manera “abandonar los caminos malos". La búsqueda de Dios es interminable porque Él siempre se está manifestando de muchas maneras: en aquellas situaciones donde se necesita su fuerza o cuando vamos a emprender una obra para encomendarle nuestros proyectos. En la Eucaristía de hoy, dejemos que el Señor salga a nuestro encuentro y nos acompañe en nuestro caminar. Con las palabras del Salmista no podemos dudar que la búsqueda del Señor es constante: “Día tras día, te bendeciré y alabaré tu Nombre"; este es un compromiso que todos debemos vivir para que muchas personas se acerquen a Dios y afiancen su fe en Él. El apóstol San Pablo también nos presenta su experiencia, porque él ha sido un buscador incansable del Señor, a tal punto que su vida se ha transformado completamente: “porque para mí la vida es Cristo”. Una de nuestras metas es dejar que nuestra vida sea como la de Jesús; siempre seremos pecadores, pero el trabajar en su seguimiento diario nos ayudará a ser mejores. Es una lucha constante y San Pablo la ha sentido: a ustedes les corresponde llevar una vida digna según el Evangelio de Cristo. La parábola que nos presenta San Mateo es muy elocuente para comprender que la búsqueda de Dios es permanente y siempre hay una hora propicia para encontrarlo, nunca será tarde: en la mañana, al medio día, en la tarde o al anochecer; lo importante es descubrir su Presencia y no dejarnos ganar por la pereza. El Señor paga a todos por igual porque lo importante es seguir con su Reino de amor y justicia; no es trabajar por el Reino en términos económicos sino espirituales, por esto la mayor paga es el amor.

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