Nuestra parroquia está ubicada en el noroccidente de Bogotá, en la localidad de Suba, exactamente en el barrio Compartir, y pertenece a la Diócesis de Engativá. Cuenta con una población aproximada de 20.000 habitantes, por quienes nos esforzamos por catequizar y acercar a la vida sacramental.
En 1993, cuando se culminó la construcción del barrio, la comunidad, a través de diferentes actividades como bazares y con la constante colaboración del párroco, compró el terreno y construyó el templo parroquial, que fue puesto bajo la protección maternal de la Santísima Virgen María con el nombre de Madre del Redentor. Concluida la obra del templo, la entregaron al servicio de la comunidad de las cinco etapas del barrio Compartir y sus alrededores.
Nuestra comunidad, asumiendo el plan pastoral de la Diócesis (Construir la ciudad de la misericordia, más humana y más fraterna), está comprometida en trabajar para construir e impulsar comunidades arraigadas en la Palabra y en la práctica misericordiosa de Jesucristo, como dice el documento que guía nuestro plan. Implementamos el servicio pastoral en los tres campos de la vida diocesana: campo de arraigo en Jesucristo, palabra de vida; campo de vida en comunión, y campo de servicio a las personas y a la sociedad. Entendemos la misión de la parroquia desde el plan pastoral diocesano como un esfuerzo por vivir la diversidad en la unidad como referente de toda acción pastoral, valorar los diferentes carísmas y ministerios al servicio de la comunidad y colocar en práctica el esquema parroquial de comunidad de comunidades.
El campo de Arraigo en Jesucristo, palabra de vida: hemos implementado el nivel de catequesis con excelentes servidores catequistas, quienes acompañan y preparan esmeradamente a los niños, padres de familia y padrinos para los sacramentos despertando en ellos la fe a través de palabras y testimonios. En este campo también contamos con la entrega de los servidores extraordinarios de la Sagrada Comunión, quienes acompañan a las personas que no pueden asistir por dificultades de salud al templo; comunidad de proclamadores, quienes prestan su voz al Señor para dirigirse a la asamblea litúrgica y, al tiempo, siempre están al pendiente para que la liturgia se vea impecable. Los ministerios musicales, que son varios, también hacen parte de este campo y vitalizan las celebraciones parroquiales.
En la vida de oración contamos con la asistencia permanente de los Talleres de Oración y Vida (TOV) y la exposición y oración ante Jesús Sacramentado todos los jueves, en la que se pide al Buen Dios por las vocaciones a la vida consagrada y ministerial; para esto hemos creado el comité vocacional parroquial.
Campo de Vida en Comunidad: contamos con los siguientes espacios pastorales: tres pequeñas comunidades Samaritanas y Misioneras constituidas según el plan diocesano; trabajo con niños, a través de un numeroso grupo de monaguillos. También se atiende a la población juvenil, que es una de las metas de nuestro trabajo: constituir un grupo estable y en crecimiento. Los jóvenes en nuestra parroquia cada día se van comprometiendo para formarse y luego salir al encuentro de la otra persona; son jóvenes carismáticos que buscan ayudarse y ayudar a los demás. Por último, en el nivel de asociaciones de fieles y movimientos apostólicos, tenemos la riqueza de las Comunidades Neocatecumenales, alrededor de nueve, quienes entregan caminos de formación constante e intensa vida sacramental.
Damos gracias a Dios porque en el Campo de Servicio a las Personas y a la Sociedad, tenemos la fortuna de contar con el consultorio psicológico y jurídico, formación para el trabajo, espacios para la resolución de conflictos y programas de rehabilitación de las adicciones. Esto en cuanto al nivel de promoción y liberación humana; en cuanto a la asistencia material que brindamos a los más necesitados de nuestra comunidad, sobresale la entrega mensual de mercados a 120 familias junto con su formación espiritual.
La Parroquia Madre del Redentor tiene las puertas abiertas para recibir a quienes se dispongan a visitar nuestra comunidad; cada uno de nuestros servidores está presto para acoger y acompañar a quien lo necesite. Bendiciones desde esta parroquia, a través de este precioso Manual de Oración, a todos ustedes, queridos lectores. Dios los bendiga y la Virgen María, la Madre del Redentor, los acompañe.
P. Idinael Bedoya Guzmán
Párroco






