(M39/+532)
Su sueño principal fue dedicarse a la contemplación y a la soledad de la vida eremítica, con lo cual alcanzó una relación más perfecta con Dios. Nació en Capadocia (Turquía) en el año 439. Después de haber pasado algún tiempo en el monasterio de su pueblo, en el 457, pasó al de Jerusalén, fundado por Pasarión, pero este no satisfizo sus aspiraciones. Luego se retiró a un monasterio cercano en el Mar Muerto, donde permaneció más de diez años. Tiempo después, pidió permiso a su abad para retirarse a una gruta con el compromiso de regresar todos los sábados y domingos a hacer vida común en el monasterio. Cinco años más tarde, de regreso a Jerusalén, fijó su domicilio en el valle de Cedrón, en una gruta solitaria a donde entraba por una pequeña escalera hecha con lazos. Según parece, esa escalera reveló su escondite a otros monjes deseosos como él de soledad y, en poco tiempo, como en un gran panal, esas grutas inhóspitas en la pared rocosa se poblaron de solitarios habitantes. Así nació la Grande Laura, uno de los más originales monasterios de la antigüedad cristiana. Sabas, con mucha paciencia y autoridad, gobernó ese creciente ejército de ermitaños organizándolos según las reglas de vida eremítica ya establecidas un siglo antes por San Pacomio. Como muchos monjes discutían su autoridad por no ser sacerdote, el patriarca de Jerusalén lo ordenó en el 491. Fundó otros monasterios, entre ellos uno en Emaús, y tomó parte activa en la lucha contra la herejía de los monofisitas, llegando al punto de movilizar a todos sus monjes en una expedición para oponerse a la toma de posesión de un obispo hereje, enviado a Jerusalén por el emperador bizantino Anastasio. Cuando murió San Sabas, en el año 532, en el monasterio de Mar Sabá, toda lá región quiso honrarlo con espléndidos funerales.
Oración Colecta: Señor y Dios nuestro, prepara Tú nuestros corazones con la fuerza de tu Espíritu para que cuando llegue Jesucristo, tu Hijo, nos encuentre dignos de sentarnos a su mesa y Él mismo nos sirva en el festín eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.
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