viernes, 26 de octubre de 2018

SAN JUAN CRISÓSTOMO




(*349/+407)



Obispo y Doctor de la Iglesia, nacido alrededor del año 349 en Antioquía de Siria. Luego de recibir el Bautismo, a la edad de dieciocho años, se retiró del mundo para llevar una vida ascética y eremítica en oración, penitencia y soledad; pero su débil condición física y de salud lo obligaron a renunciar a este estilo de vida. Fue ordenado sacerdote, adquiriendo pronto gran fama de predicador, llegando a ser llamado “Crisóstomo", es decir, “boca de oro”. A la muerte de Nectario, patriarca de Constantinopla, fue elegido para ocupar esta sede. Cuando empezó a censurar el lujo y el desenfreno de la corte imperial, surgieron las dificultades, ganándose iiitii feroz oposición. Se dieron una serie de calumnias alrededor de San Juan, que terminaron por enviarlo al oxilio. Reclamado más tarde por el mismo emperador Arcadlo, regresó ¡i Constantinopla, pero nuevamente se opuso a la emperatriz Eudoxia, que aspiraba a honores divinos con dinero. Lo enviaron otra vez al exilio, y luego una tercera vez, aún más lejos y sin retorno. Aún resuenan sus últimas palabras: “Gloria a Dios por todo, Amén”. Murió hacia el 407 en Comana, en el Ponte, Turquía. Sus restos reposan en la Capilla del coro de la Basílica de San Pedro en Roma. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia de Oriente, junto con San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Atanasio. En 1908 el Papa Pío X lo proclamó patrono de los predicadores cristianos.

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