miércoles, 31 de octubre de 2018

COLOMBIA TIENE DOS NUEVOS BEATOS



El pasado 7 de julio del 2017, el Santo Padre aprobó el Decreto que reconocía el "martirio" de los presbíteros, por considerar que sus asesinatos fueron por odio a la fe. “Es una noticia que llena de gozo a los colombianos. Villavicencio Colombia estarán de fiesta con la beatificación de estos dos sacerdotes promovieron con su servicio la Palabra de Dios. Un impulso más para » primer paso que daremos como colombianos”, afirmó Monseñor Fabio Suescún, Obispo Castrense.

Monseñor Jesús Emilio Jaramillo: Oriundo de Santo Domingo, Antioquia, nació el 14 de febrero de 1916. En 1940 se ordenó como sacerdote de los Misioneros Javerianos de Yarumal, cuando tenía 24 años de edad. El 11 de noviembre de 1970 fue designado por el Papa Pablo VI como Vicario católico de Arauca. Recibió la ordenación episcopal el 10 de enero de 1. Su designación como Obispo de Arauca llegó el 19 de julio de 1984, lo en el que sirvió a la comunidad hasta que fue secuestrado y asesinado ti Ejército de Liberación Nacional-ELN, el 2 de octubre de 1989. 

padre Pedro María Ramírez Ramos: Conocido como el “Cura de Armero”, ó en el municipio de La Plata, departamento del Huila, el 23 de octubre de i Ingresó al seminario de María Inmaculada de Garzón el 4 de octubre de 5. Su formación sacerdotal la culminó en el seminario de Ibagué y en 1931 recibio el orden sacerdotal. En 1948 fue nombrado párroco de Armero, Tolima. nntablemente, en medio de las manifestaciones y revueltas causadas por ugnicidio del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 10 de abril un grupo nrsonas irrumpió en la iglesia del Padre y lo asesinaron a machetazos.

martes, 30 de octubre de 2018

VICARIATO APOSTÓLICO DE SAN VICENTE DEL CAGUÁN PARROQUIA CATEDRAL NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES



Nuestra parroquia está ubicada en el corazón del municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá, y es la Sede de esta Iglesia local; hace memoria en su tarea evangelizadora, en lo que se denominaba “Cuasi-parroquia” desde 1921, tomando como referencia el primer libro de Bautismos y su primer documento o partida, una misión asumida con gran espíritu y esfuerzo por la Orden Misionera de los Capuchinos venidos del norte de España, que hicieron presencia hasta octubre de 1951. Después, el legado misionero lo asumió en el entonces Vicariato Apostólico de Florencia, creado ese mismo año, el Instituto de la Consolata para Misiones, tarea que aun continúa en algunas parroquias del Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán. 


Canónicamente, la parroquia fue erigida el once de julio de 1961, y como catedral en diciembre de 1985, cuando el Papa San Juan Pablo II creó el Vicariato Apostólico de San Vicente - Puerto Leguízamo y al mismo tiempo la Diócesis de Florencia. Su acompañamiento lo continuaron estos grandes misioneros de la Consolata hasta marzo de 1998, cuando entregaron el pastoreo al clero diocesano. 

Actualmente, en este vasto territorio hay cincuenta veredas, algunas a más de sesenta kilómetros del casco urbano, y aproximadamente 25 barrios. En él, el 

Equipo de Pastoral con su párroco y colaboradores, y con el ánimo de Monseñor Francisco Javier Muñera Correa, Misionero de la Consolata; concentra su servicio misionero en la catequesis, animación y promoción humana en el proceso de evangelización, con un exigente compromiso por la paz y por cambiar ante el país la estigmatización de esta hermosa y próspera región de la Amazonia como lugar de violencia y pobreza. Los esfuerzos evangelizadores que adelantamos son apoyados por muchos misioneros e Instituciones de Servicios Pastorales que, atendiendo a la identidad de la población, trabaja por el emprendimiento y sentido de pertenencia para con nuestra Iglesia y sociedad. 

Con la presencia del Nuncio Apostólico, Monseñor Ettore Balestrero, fue dedicada esta Catedral ni amparo de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de los reclusos, el 14 de noviembre de 2015. Al tiempo, se iniciaron los trabajos para la creación de unn nueva parroquia consagrada a San Vicente de Paúl, que abarcará un gran sector en extensión y población, con el fin de proporcionar mejores espacios de encuentro y evangelización para nuestra comunidad. Hemos visto que el trabajo da sus frutos con la presencia de la pastoral juvenil y vocacional. 

Agradecemos a la familia Minutos de Amor el permitirnos compartir el trabajo pastoral que adelanta nuestra parroquia en esta tierra bendocida por su riqueza y diversidad natural y cultural. Nos encomendamos ;i sus oraciones para que el Señor haga crecer la semilla del Evangelio en nuestros corazones y para que muchos misioneros lleguen a estas tierras a proclamar la fiuena Nueva de Jesucristo, el Señor. 

Padre Ricardo Tovar Sánchoz 

Párroco

lunes, 29 de octubre de 2018

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE BUGA



La fiesta del Señor de los Milagros, recordando a aquella mujer sencilla y piadosa que trabajaba de lavandera y ahorraba dinero, con el fin de encargar una imagen de Nuestro Señor Jesucristo crucificado para rezarle todos los días. El día que iba a llevar su dinero a su párroco para que le consiguiera la imagen, pasó junto a ella llorando un honrado padre de familia a quién iban a meter a la cárcel porque debía dinero y no tenía con qué pagarlo. La buena mujer se conmovió de aquel hombre e inspirada por un pensamiento caritativo y misericordioso, le dio lo que tenia ahorrado. Aquel hombre, lleno de alegría y de agradecimiento, le deseó que Dios la bendijera y le ayudara en sus labores diarias. La mujer siguió lavando ropa en el río para reunir de nuevo el dinero de la imagen hasta que un día, entre las aguas del río, observó un pequeño crucifijo de madera, que tomó en sus brazos y lo llevó a su choza para venerarlo. Una noche, la mujer escuchó golpecitos en el sitio donde guardaba la imagen; averiguando lo que pasaba se llevó una gran sorpresa al darse cuenta que el Santo Cristo y la cajita habían crecido notablemente. Sorprendida por este acontecimiento le avisó a su párroco, quien, al no encontrar una explicación lógica, confirmó que era un milagro. La gente empezó a venerar la imagen, pero la arañaron para llevarse trocitos como reliquias, lo que condujo al deterioro del Crucifijo. Tiempo después, un visitador eclesiástico ordenó quemar la imagen desfigurada, pero milagrosamente esta no se quemó, sino que empezó a sudar y la gente empapaba algodones en el sudor y quedaban sanados. Construyeron un templo para la adoración de Nuestro Señor, quien concedía bendiciones a aquellos que le pedían salud, tranquilidad y paz en situaciones desesperadas. 

El Papa Pío XI proclamó que al templo dedicado al Señor de los Milagros de Buga se le concedía la dignidad de “Basílica” para que a Colombia y a los peregrinos, otorgara milagros según la voluntad de Dios.

viernes, 26 de octubre de 2018

SAN JUAN CRISÓSTOMO




(*349/+407)



Obispo y Doctor de la Iglesia, nacido alrededor del año 349 en Antioquía de Siria. Luego de recibir el Bautismo, a la edad de dieciocho años, se retiró del mundo para llevar una vida ascética y eremítica en oración, penitencia y soledad; pero su débil condición física y de salud lo obligaron a renunciar a este estilo de vida. Fue ordenado sacerdote, adquiriendo pronto gran fama de predicador, llegando a ser llamado “Crisóstomo", es decir, “boca de oro”. A la muerte de Nectario, patriarca de Constantinopla, fue elegido para ocupar esta sede. Cuando empezó a censurar el lujo y el desenfreno de la corte imperial, surgieron las dificultades, ganándose iiitii feroz oposición. Se dieron una serie de calumnias alrededor de San Juan, que terminaron por enviarlo al oxilio. Reclamado más tarde por el mismo emperador Arcadlo, regresó ¡i Constantinopla, pero nuevamente se opuso a la emperatriz Eudoxia, que aspiraba a honores divinos con dinero. Lo enviaron otra vez al exilio, y luego una tercera vez, aún más lejos y sin retorno. Aún resuenan sus últimas palabras: “Gloria a Dios por todo, Amén”. Murió hacia el 407 en Comana, en el Ponte, Turquía. Sus restos reposan en la Capilla del coro de la Basílica de San Pedro en Roma. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia de Oriente, junto con San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Atanasio. En 1908 el Papa Pío X lo proclamó patrono de los predicadores cristianos.

jueves, 25 de octubre de 2018

Señor, que no seamos sordos a tu voz


El domingo es el día en que recordamos por excelencia la Resurrección del Señor; por esto, la Eucaristía debe ser el centro de la celebración de nuestra fe. Cada celebración debe “resucitamos”, es decir, no debemos salir indiferentes. No vayamos a la Eucaristía por el sacerdote, sino porque Dios nos espera; es una cita con Él. En la primera lectura, el profeta Ezequiel emplea una imagen elocuente: “centinela”. Sabemos que un centinela es un guardia o vigía; por eso, una de las tareas de los creyentes es cuidar de la misma Palabra de Dios y defenderla de todos los ataques a la que está expuesta. El profeta nos invita a transmitir la Palabra con fidelidad; de esta manera la protegemos y ayudamos a otros a ser fuertes ante las adversidades. Una actitud del centinela es saber escuchar las indicaciones de sus jefes; el salmo hoy nos ha llevado a decir: “Ojala escuchemos hoy la voz del Señor”. Él nos dice que “no endurezcamos el corazón” y por eso debemos estar prestos y vigilantes a lo que Él nos pide. Hagamos de este Salmo un verdadero ejercicio de confianza en el Señor y en nuestra misión de ser verdaderos centinelas, custodios de la fe personal y la de los demás. En la segunda lectura, el apóstol San Pablo nos pide amar a la manera de Dios y ese amor implica no hacer daño; 

quien verdaderamente ama, busca siempre el bien. No nos dojemos engañar, no confundamos el amor con otras cosas. El mismo apóstol nos dice que el amor es “sincero, no busca el mal, no lleva cuenta de los delitos, es comprensivo, servicial, no es egoísta”. Quien cumple su misión de centinela y ama a la manera de Jesús, es capaz de entender la debilidad de los seres humanos. Jesús nos enseña a saber actuar con misericordia (recordemos que el año de la misericordia ya pasó, pero la misericordia del Señor continúa). La corrección fraterna es muy importante; en algunas ocasiones una persona puede cambiar más fácil si la llamamos aparte y le hacemos ver las cosas malas que si la dejamos en ridículo ante los demás. Primero oremos por esa persona y pidámosle a Dios la sabiduría y ternura de su amor para aconsejarla. Este el primer paso: ir a la persona y demostrarle que es importante, que puede mejorar.

miércoles, 24 de octubre de 2018

SANTA REGINA


Virgen y mártir. Nació en Alesia, Francia, hacia el siglo V y su nombre significa “Reina”. Su madre falleció en el momento del parto, por lo que tuvieron que entregarla a una nodriza, mujer profundamente cristiana que la educó en la fe y virtudes cristianas. Muy joven, Santa Regina hizo una consagración total a Dios de su virginidad, dejando de lado todo lo que el mundo le ofrecía para vivir la unión perfecta con el Evangelio. Esta santa 

era tan hermosa que el gobernador Olibrio, paseando cierto día por Alesia, la vio y quedó enamorado de sus encantos femeninos. En seguida, mandó a sus súbditos que la llevaran ante su presencia para verla de cerca y conquistarla, pero se sorprendió cuando se enteró de que era cristiana. Este hombre no profesaba la fe en Jesús de Nazaret, por lo que al tener que irse de viaje, ordenó que la metieran en la cárcel hasta que volviera. Esperaba que, durante este viaje, ella renunciara a su fe para casarse con él; no sabía que la promesa de la virginidad que le hizo a Jesús era para toda la vida. Pasó el tiempo sin que Regina cediera a su propuesta. El gobernador Olibrio desahogó su ira haciéndola azotar y sometiéndola a otros tormentos, intentando persuadirla para que desistiera de amar a Jesucristo y renegara de su fe. Al siguiente día, el gobernador ordenó que fuera torturada de nuevo y que la decapitaran. Recibió la corona del martirio en Alesia, Francia, hacia finales del siglo V. Su culto empezó a tributarse en el siglo VII. 

Oración Colecta: Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.

martes, 23 de octubre de 2018

“QUIEN PIERDA SU VIDA POR MÍ LA ENCONTRARÁ”



Reunidos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, iniciamos una nueva semana con las bendiciones que Dios nos otorga en cada Eucaristía. Dios, en su infinito amor, desea que le correspondamos de la misma manera. Dos personas que se aman esperan que su amor sea correspondido. Esta idea viene marcada en la primera lectura cuando el profeta Jeremías expresa que “se ha dejado seducir por el Señor”. Cuando una persona se deja seducir, cede al amor de quien lo seduce y de la misma forma empieza a manifestar con gestos ese amor. El amor de Dios, en el profeta, arde como fuego, y por eso debe iluminar incluso a las personas que no son fieles ni se dejan seducir. ¿Estoy dispuesto a seducir al mundo con el mismo amor con que Dios me ama? Quien vive una experiencia de seducción de Dios comprende lo que el salmista hoy proclama: “Señor, a Ti te busco”, “mi alma está sedienta de Ti", “pues mejor es tu amor que la existencia”. Es un salmo de abandono total en el amor de Dios, es una verdadera seducción. San Pablo, con su exhortación: “presentar nuestras vidas a Dios como una ofrenda viva, agradable y santa”, nos pide una respuesta 


generosa al amor infinito de Dios; para lograrlo, no podemos dejarnos ganar por los criterios de este mundo sino por el cumplimiento de la voluntad de Dio?. Unn experiencia de seducción no puede dejar de lado el seguimiento "verdadero" do Jesús asumiendo su cruz; es decir, siendo fieles a Dios y comprometiéndonos con la instauración de su Reino. “Cargar la cruz” es llevar encima siempre el amor de Dios y colocarlo como escudo ante cualquier adversidad. 

Oración Colecta: Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu Nombre para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. 

Por nuestro Señor Jesucristo.

lunes, 22 de octubre de 2018

SANTA TERESA DE CALCUTA

 (*1910/+1997) 


Virgen y fundadora de las Misioneras de la Caridad. Nació en 1910 en Skopje, Macedonia. Ingresó en el Instituto de las Hermanas de Loreto, en Irlanda, y tomó el nombre de María Teresa, en honor a Santa Teresa de Lisieux. En 1937 hizo su profesión perpetua, convirtiéndose como ella misma dijo, en “esposa de Jesús para la eternidad”. En 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, recibió la “inspiración”; fue así como fundó la Congregación Religiosa de Misioneras de la Caridad, con el carisma del servicio a los más pobres entre los pobres. El Papa Francisco, el 4 de septiembre de 2016, día en que canonizó a la Madre Teresa, predicó con fervor: “Ella ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre. Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la sal que daba sabor a cada obra suya, y la luz que iluminaba las tinieblas”. Murió en Calcuta, India, en 1997. Fue canonizada por el Papa Francisco el 4 de septiembre de 2016. 

viernes, 19 de octubre de 2018

FRANCISCO MISIONERO DE LA MISERICORDIA



El pastor que huele a oveja, su vida y ministerio 



Su nombre de pila es Jorge Mario Bergoglio. Nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era contador y empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos. 

Se diplomó como técnico químico, luego eligió el camino del sacerdocio e ingresó en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús •y completó los estudios de humanidades en Chile. En 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José. Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas asignaturas en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió Teología en el Colegio San José y obtuvo la licenciatura. 

El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de Jesús de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares (España) y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio. El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se trasladó a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores lo envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía en la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor. 

Después, el cardenal Antonio Quarracino lo llama como su estrecho colaborador en Buenos Aíres. Así, el 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires el 27 de junio recibe la ordenación episcopal y tomó como lema “Miserando atque eliogendo” (lo miró con misericordia y lo eligió) y en el escudo incluyó el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús; elementos que prolongara en su pontificado. Tiempo después fue nombrado vicario episcopal de la arquidiócesis de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomienda también la tarea de vicario general de la arquidiócesis. El 3 de junio de 1997 fue promovido con id arzobispo coadjutor de Buenos Aires. El 28 de febrero de 1998 fue elegido como arzobispo primado de Argentina. El 6 de noviembre del mismo año fue nombrado Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y desprovistos de Ordinario del propio rito.



Tres años después, Juan Pablo II lo crea cardenal, asignándolo el titulo do san Roberto Belarmino. En esa ocasión, invitó a los fieles a no acudir a Roma para celebrar el ministerio, sino a destinar a los pobres el dinero del viaje Gran canciller de la Universidad Católica Argentina, es autor do los libros Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986) y Reflexiones de esperanza (1992). 

En octubre de 2001 fue nombrado relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos. En el Sínodo subrayó la «misión profética del obispo», su «ser profeta de justicia», su deber de «predicar incesantemente» la doctrina social de la Iglesia, pero también de «expresar un juicio auténtico en materia de fe y de moral». Mientras tanto, en América Latina su figura se hacía cada vez más popular; a pesar de esto no perdió la sobriedad de trato y el estilo de vida riguroso, casi «ascético». Con este espíritu, en 2002 declina el nombramiento como presidente de la Conferencia episcopal argentina, pero tres años después fue elegido y más tarde reconfirmado por otro trienio en 2008. Entre tanto, en abril de 2005, 

participó en el cónclave en él fue elegido Benedicto XVI. Servía a la Santa Sede como miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina. 

El 11 de febrero de 2013, el entonces Papa Benedicto XVI anunció su renuncia al ministerio petrino, la cual se haría efectiva el 28 de febrero del mismo año y daría paso a la citación del cónclave. En la quinta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglío fue elegido sucesor de San Pedro. Además de ser el primer papa americano, su elección es interesante por ser el primero no europeo desde el año 741, cuando falleció Gregorio III, de origen sirio. 

Su nombre: Aunque sus raíces están en lo profundo de los jesuítas, eligió llamarse “Francisco” como un llamado a la renovación espiritual de la Iglesia, el reforzamiento de la vida comunitaria, la sobriedad en la vida y el respeto por el medio ambiente. Dimensiones en las que ha demostrado cumplimiento durante estos años. El Papa optó por este nombre gracias a las palabras que le dijo el cardenal brasileño Claudio Hummes cuando contaba con la mayoría de los votos: “No te olvides de los pobres”. 

En los años en que ha timoneado la Iglesia, el Papa Francisco ha demostrado sus deseos de que ella recupere su dimensión espiritual de servicio y protección a los más necesitados; al tiempo, invita constantemente a salir, a ir a las periferias y transformar todo con la alegría del amor de Dios. Su visita a nuestro país no es un acontecimiento más, sino la oportunidad de dar «I primer paso a la construcción de un mejor mañana donde no haya guerras, injusticia ni sufrimiento. 

Sus viajes misioneros a América: Brasil (Jornada Mundial de la Juventud, 22 al 29 de junio de 2013), Ecuador, Bolivia y Paraguay (5 al 12 de julio de 2015), Cuba y Estados Unidos (19 al 28 de septiembre de 2015), México (12 al 18 de febrero de 2016) y Colombia (6 al 10 de septiembre de 2017); también se confirmó su visita a Perú el año próximo, del 18 al 21 de enero. 


Extracto de su magisterio (orden cronológico): 

Encíclica Lumen Fidei (29 de junio de 2013, sobre la fe). 

Exhortación apostólica Evangelii Gaudium (24 de noviembre de 2013, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual). 

Bula Misericordiae Vultus (11 de abril de 2015, por la cual se convoca el jubileo extraordinario de la misericordia). 

Encíclica Laudato si' (24 de mayo de 2015, sobre el cuidado del medio ambiente). 

Exhortación apostólica Amoris laetitia (19 de marzo de 2016, sobre el amor en la familia). 

Constitución apostólica Vultum Dei quaerere (29 de junio de 2016, sobre la vida contemplativa femenina). 

Motu proprio Maíorem hac dilectionem (11 de junio de 2017, sobre el ofrecimiento de la vida).

jueves, 18 de octubre de 2018

SANTOS ARCÁNGELES GABRIEL, MIGUEL Y RAFAEL



Hoy festejamos el aniversario de la dedicación de la gran Basílica construida en honor de San Miguel en el siglo V en la vía Salaria en Roma, la cual fue consagrada por el Papa León I. En la Liturgia de las Horas, el Papa San Gregorio Magno nos dice que “los que transmiten mensajes de menor g importancia se llaman Ángeles, los que ¡jj anuncian cosas de gran trascendencia > se llaman Arcángeles. Por la misma razón se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y, así, ‘Miguel’ significa: ¿Quién como Dios?, ‘Gabriel’ significa: Fortaleza de Dios, y ‘Rafael’ significa: Medicina de Dios. Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que solo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el Arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta San Juan: Se entabló una batalla con el arcángel Miguel. A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: ‘Fortaleza de Dios', porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas. ‘Rafael’ significa, como dijimos: Medicina de Dios; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, había sido enviado a curar, con razón es llamado Medicina de Dios”.

miércoles, 17 de octubre de 2018

SAN JERÓNIMO

(*347/+420) 

Presbítero, Doctor de la Iglesia y traductor de la Biblia del griego al latín. Nació en Estridón, Dalmacia, hacia el año 347. Tras una juventud desordenada, se trasladó a Roma, en donde siguió estudios de letras en la escuela del famoso retórico Donato. Luego de recibir las órdenes sacerdotales, llegó a ser secretario del Papa Dámaso, hombre culto que hablaba con fluidez diversos idiomas. San Jerónimo emprendió la monumental obra de la traducción de la Biblia por encargo del Papa, “La Vulgata”, que llevó a feliz término. Siempre recordaremos el lema que nos dejó: “El estudio de la Escritura es la búsqueda de Dios". El Papa Benedicto XVI se hizo este interrogante: “¿Qué podemos aprender nosotros de San Jerónimo? Podemos aprender a amar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura. Dice San Jerónimo: ‘Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo'. Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y en diálogo personal con la Palabra de Dios, que se nos entrega en la Sagrada Escritura. Este diálogo con ella debe tener siempre dos dimensiones: por una parte, debe ser un diálogo realmente personal, porque Dios habla con cada uno de nosotros a través de la sagrada Escritura y tiene un mensaje para cada uno. No debemos leer la sagrada Escritura como una palabra del pasado, sino como Palabra de Dios que se dirige también a nosotros, y tratar de entender lo que nos quiere decir el Señor. Pero, para no caer en el individualismo, debemos tener presente que la Palabra de Dios se nos da precisamente para construir comunión, para unirnos en la verdad a lo largo de nuestro camino hacia Dios”. San Jerónimo murió en Belén, Palestina, en el año 420.

martes, 16 de octubre de 2018

SAN WENCESLAO DE BOHEMIA

(*907/+932) 

Mártir. Nació en el año 907 en Stchov, cerca de Praga, República Checa. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de su educación, inculcándole el amor y servicio al Padre Celestial en la Iglesia. Cuando era todavía muy joven, perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró, bajo la influencia de la nobleza pagana, una política anticristiana. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe Wenceslao para que asumiera el trono y dar la posibilidad de vivir el cristianismo con tranquilidad, lo que provocó que los nobles asesinaran a la abuela al considerarla una latente amenaza para' sus intereses. Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo y como primera medida anunció que apoyaría decididamente la Iglesia de Dios, dando libertad a la fe en Jesús. El Papa Benedicto XVI, en una homilía en honor a San Wenceslao, proclamo que este santo “tuvo el valor de anteponer el reino de los cíelos a la fascinación del poder terreno. Su mirada jamás se separó de Jesucristo, quien padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo, para que sigamos sus huellas. Se mantuvo fiel a las enseñanzas evangélicas que le había impartido su santa abuela, la mártir Ludmila. Siguiéndolas, antes aún de comprometerse en la edificación de una convivencia pacífica dentro de la patria y con los países limítrofes, se esforzó por propagar la fe cristiana. Socorría a los ministros de Dios y embelleció también muchas Iglesias". Aprendió del Señor a ser “misericordioso y piadoso”, y animado por el espíritu evangélico llegó a perdonar incluso a su hermano, quien había atentado contra él. San Wenceslao murió martirizado a manos de su hermano Boleslao que ambicionó el trono real, el 28 de septiembre del año 932, aproximadamente.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Himno a la Virgen del Pilar y oraciones

Virgen Santa, Madre mía. 


Luz hermosa, claro día. 

Que la tierra aragonesa 

te dignaste visitar. 



¡Cantad, cantad, 

himnos de honor y alabanza! 

¡Cantad, cantad, 

a la Virgen del Pilar! 



Este pueblo que te adora, 

de tu amor favor implora, 

y te aclama y te bendice 

abrazado a tu Pilar. 



¡Cantad, cantad, 

himnos de honor y alabanza! 

¡Cantad, cantad, 

a la Virgen del Pilar! 



Pilar sagrado 

Faro esplendente, 

Rico presente 

de caridad, 

Pilar bendito 

Trono de gloria. 

Tú a la victoria 

nos llevarás. 

¡Cantad, cantad, 

himnos de honor y alabanza! 

¡Cantad, cantad, 

a la Virgen del Pilar! 





¡Cantad, cantad, 

himnos de honor y alabanza! 

¡Cantad, cantad, 

a la Virgen del Pilar! 



ORACIONES 



La devoción a la Santísima Virgen del Pilar ha sido objeto de un especial culto por parte de los españoles y los países hispanomareicanos. Dificilmente podrá encontrarse en el amplio territorio hispano un pueblo que no guarde con amor la pequeña y entrañable imagen de nuestra señora sobre la santa columna. No olvidar también como muchas instituciones la veneran como patrona. 



Prueba de ello son las variadas oraciones que se le dedican a la Virgen en esta singular advocación del Pilar, entre las que citamos unas cuantas: 

Oración

martes, 9 de octubre de 2018

NOVENA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

I. ORACIONES INICIALES Y FINALES 



ORACIONES INICIALES 

Postrado humildemente con una firme esperanza en Dios, y en la poderosa protección de la Santísima Virgen, comenzara diciendo: Por la señal de la Santa Cruz, etcétera. 


Acto de contrición 

Señor mío Jesucristo, Dios Hombre verdadero, Criador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar; apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, restituir y satisfacer, si algo debiere. Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Y como os suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosa sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén. 


Oración preparatoria para todos los días 

¡Oh Señor Omnipotente! en vuestra soberana presencia derramo todo mi corazón, implorando vuestra bondad: yo soy aquella oveja perdida que mi amado Jesús, como Pastor bueno, se afanó tanto en buscarla, la redimió con su preciosísima sangre, y la tomó sobre sus hombros, para volverla al redil de la Iglesia. ¿Permitiréis ahora que se pierda? ¡Ay de mí, me confundo a mí mismo! La causa verdaderamente es mía, porque se trata de mi eterna salud, pero también es vuestra, porque se interesa vuestra gloria. Mas entre tanto viva sobre la tierra, me hallo en la incertidumbre de mi salvación. En semejante conflicto, permitid, Señor, que desahogue con suspiros el profundo sentimiento que aflige mi corazón. Porque, qué me importará ganar el Universo, si me pierdo para siempre. Por esta causa tan importante, elevo mis fervorosos ruegos hasta el trono de vuestra gracia, suplicándoos que libréis mi alma de las furias del león infernal. En Vos confío, Madre piadosa, favorecedme en tan grave necesidad. Acordaos ¡oh graciosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir de nadie, que habiéndose acogido a vuestra protección, pidiendo vuestro amparo, e implorando vuestra intercesión, se haya perdido. Animado yo con esta confianza, acudo a Vos: pecador como soy me presento gimiendo y suplicándoos, que me adoptéis para siempre como hijo, que toméis a vuestro cargo mi eterna salvación. No despreciéis mis palabras, Vos que sois Madre de la palabra eterna. Oídlas propicia, y despachadlas favorablemente, éste será todo mi consuelo sobre la tierra, y me inspirará la más segura confianza de ser colocado un día entre los Coros de los Ángeles, donde alabaré para siempre a Dios mi Salvador, y cantaré eternamente las misericordias de mi excelsa Protectora. Así sea. 

Leer y meditar a continuación la lectura del día que corresponda: 


ORACIONES FINALES 

Terminar cada día rezando cinco Avemarías y las oraciones finales: 

Cinco Avemarías 

1. En alabanza de la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Avemaría. 

2. Por haberle erigido el Apóstol Santiago, por mandato de la Santísima Virgen, su santo Templo en Zaragoza, el primero del mundo dedicado a su nombre. Avemaría. 

3. Por habernos dejado como un don precioso su sagrada Imagen, que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación. Avemaría. 

4. Por el santo Pilar o Columna angélica, símbolo de la fortaleza y estabilidad de la fe católica en Zaragoza, hasta el fin del mundo. Avemaría. 

5. En acción de gracias por los infinitos beneficios que desde su venida nos ha dispensado como excelsa Protectora de nuestra España. Avemaría. 


Ahora se pide al Señor, por la intercesión de la Santísima Virgen, la gracia particular que cada uno desea conseguir en esta Novena; y luego se dice la siguiente oración final: 

Oración final 

¡Oh María! ¡Hija de Dios Padre!, amparad a la Iglesia, que desde su principio ha reclamado vuestra protección. Reconoced en ella la Esposa de Vuestro único Hijo, que la ha rescatado con el precio de toda su sangre. Haced que resplandezca con tal brillo de santidad, que pueda presentarse digna de su divino Esposo, y del precio con que fue redimida ¡Madre de Dios Hijo! que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. ¡Aurora brillante de este sol divino! disipad las tinieblas de la herejía y del cisma. Haced que todos sigan la luz de la verdad, y se apresuren a entrar en el seno de la verdadera Iglesia, donde juntamente con Jesús os conozcan con una viva fe, os invoquen con una esperanza firme, y os amen con un amor perfecto. ¡Esposa del Espíritu Santo, que ha reunido en un sólo rebaño y en una misma religión, tantas y tan diferentes naciones!, derramad sobre los Príncipes cristianos y sus ministros la abundancia de gracias, de que sois dispensadora. Penetrad sus corazones del espíritu de paz y de concordia, que al nacer vuestro hijo se anunció a la tierra: que nada emprendan contrario a la paz y libertad de vuestra Iglesia. ¡Oh María, Templo de la Santísima Trinidad, ¡toda pura y sin mancha en vuestra Concepción! Mirad con ojos de misericordia a la nación española, vuestra nación predilecta, que tanto habéis distinguido de las demás; a pesar de sus pecados, continuad siempre en amarla: mantenedla en la fe católica, apostólica, romana: conservadla en la unidad católica, a fin de que defendida por vuestra gracia de todo error estando al abrigo de toda disensión, y consagrada a servir a vuestro Santísimo Hijo y a Vos con un culto digno, pueda marchar constantemente al fin que le habéis prometido, y merecer teneros siempre por su Protectora en la tierra, y por su Reina y Corona en el Cielo. Así sea. 

DÍA PRIMERO 

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Milagrosa venida de la Santísima Virgen en carne mortal a Zaragoza 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

¡Oh Santísima Virgen María! ¡Vos en Zaragoza! Yo os saludo, Soberana Reina, en el día más feliz que vieron las naciones. ¡Grata memoria! Que, pasando de generación en generación, mantiene por diecinueve siglos una devoción tierna, una piedad constante, y un agradecimiento. ¡Milagrosa venida! Que así transporta nuestros corazones en un santo júbilo, y excita en nosotros los más tiernos sentimientos de piedad y gratitud eterna. ¡Fineza admirable! ¡Predilección singular! ¡Exceso de amor! Cuando la Madre de Dios vivía aún en la famosa Ciudad de Jerusalén, oficiosamente ocupada en el cuidado de la naciente Iglesia, se dignó venir a Zaragoza a visitarnos en persona. Esta es la tradición más autorizada y respetable. En el año 40 de la Era cristiana, dominando el Imperio Romano, y predicando el Santo Evangelio en esta misma Ciudad, el Protomártir entre los Apóstoles nuestro Patrón Santiago, al tiempo que oraba con sus discípulos en las orillas del Ebro, a la media noche del dos de enero, se le apareció la Santísima Virgen, Madre de Dios y Reina del Cielo, viviendo aún en carne mortal, llena de majestad, y acompañada de coros de Ángeles, que cantaban diversas alabanzas. Los Ángeles, según su piadosa tradición, traían su Sagrada Imagen y una Columna de jaspe, que hoy con tanta devoción veneramos. ¡Oh beneficio incomparable! ¿De dónde a nosotros tanto favor ¿Por qué es Zaragoza la predilecta? Cosas grandes se han dicho de ti, Ciudad Augusta; pero ninguna eleva tanto tu grandeza, como la venida de la Santísima Virgen en carne mortal. ¡Oh Ciudad de María! Este favor no dispensado a nación alguna forma tu verdadera gloria, y cubre tu suelo clásico de honor, de riqueza, de nobleza, y la memoria de esta prodigio inmortalizada en los fastos de la Iglesia, hará eterna tu gloria, y la de la nación española. 

Oración final. ¡Oh Reina ¡Oh Madre! ¡Oh Señora! ¡Cuánto os debo por este beneficio tan singular! ¡Y cuán poco es lo que yo he hecho hasta aquí en obsequio vuestro! Mi alma se deshace en llantos de ternura, y siente infinitamente no haberos correspondido. Pero sois Madre de bondad, yo me acojo a vuestra protección, suplicándoos humildemente, que, sin atender a mis iniquidades, sino sólo a vuestra misericordia, seáis mi intercesora y abogada para con Dios, y así mi alma, horriblemente deforme por la culpa, recobrará su belleza; herida de muerte, sanará; muerta espiritualmente, volverá a la vida; y como dice el Apóstol, se hará como una nueva criatura en Jesucristo. Esta, gracia principalmente os pido, y la particular que deseo en esta novena, si me conviene para el mayor bien de mi alma. Los Angeles os alaben. Amén. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA SEGUNDO 

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La Santísima Virgen manda al apóstol Santiago que le erija un templo a su nombre en el mismo lugar que le señala 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

La Reina de los Cielos y Abogada nuestra, no sólo nos ha distinguido entre todas las naciones con su venida a Zaragoza, sino que para perpetuar la memoria de tan singular beneficio, mandó al Apóstol Santiago edificase un templo a nombre de tan gran Señora. El santo Apóstol, vuelve de su éxtasis y de su rapto por el resplandor de su presencia, oye las dulces palabras con que le habla de este modo: Santiago, este es el lugar que yo he elegido: aquí quiere el Omnipotente que dediques un templo, que llevando mi nombre, sea el suyo engrandecido. Este ha de ser mi templo y casa, mi propia herencia y posesión; en el se manifestará la virtud del Altísimo por mi intercesión y mis ruegos a favor de los que pidieren con verdadera fe y piadosa devoción. Aquí se obrarán prodigios, y portentos admirables, especialmente en aquellos que en sus necesidades invocaren mi favor. Mira también ese Pilar, él quedará aquí, y colocada sobre él mi propia Imagen. En testimonio de esta verdad y promesa, estará en este lugar con la fe, hasta el fin del mundo, y nunca faltará en esta Ciudad, quien venere el nombre de Jesucristo, mi Hijo. ¡Qué generosidad! ¡ Qué amor el que nos muestra la Santísima Virgen! La Reina del Cielo ha colocado su trono en Zaragoza Llegaos, hijos de la Iglesia, a este trono de misericordia, pedid con confianza favores y gracias, que esta tierna Madre está empeñada en vuestro bien. ¿Quién jamás la invocó en sus necesidades que no fuera luego socorrido? 

Oración final. Yo clamo, pues, a Vos, Madre amada; poderosa sois para librarme de la muerte eterna, como habéis librado a innumerables pecadores, alcanzándoles tiempo de penitencia inspirándoles arrepentimiento de sus culpas. Os ruego con toda la efusión de 

mi corazón contrito y humillado, que os compadezcáis de este siervo infiel, que restituyáis a la amistad de Dios a este hijo ingrato, que arrepentido clama a Vos. Salvadme, Madre mía, no permitáis que perezca para siempre. Alcanzadme también la gracia particular que pido en esta Novena, si me conviene para el mayor bien de mi alma. Coros celestiales, ensalzad a María, como Reina suprema de los Cielos. Amén. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA TERCERO 

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La Santísima Virgen nos dejó como un don precioso su sagrada imagen que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

Grande y digno de toda nuestra gratitud es el beneficio que nos dispensó la soberana Reina de los Angeles con su venida a Zaragoza, pero también es digno de todo nuestro aprecio, el monumento eterno, la memoria perenne de habernos dejado su sagrada Imagen como un don precioso del Cielo. ¡Oh! ¿Cómo hemos de olvidar beneficios tan singulares, si tenemos siempre a nuestra consideración un recuerdo perpetuo de las finezas de su maternal amor para con nosotros? Acudimos a los pies de tan gran Señora. ¿Pero con qué confianza? Acudimos a derramar toda la efusión de nuestro corazón, en todas nuestras angustias y tribulaciones. Y apenas llegamos a su soberana presencia, ¡oh qué consuelo experimenta luego nuestro afligido espíritu! ¡Oh, cómo se desahoga nuestro corazón en tiernos suspiros! ¡Oh qué ternura, qué dulce consuelo sentimos, cuándo nos postramos en su cámara Angelical! Nuestra alma se enajena de gozo al considerar que en este propiciatorio quedó nuestra benigna Ester, con la vara de oro del celestial Asuero en sus manos, para alcanzarnos favores y gracias. En esta casa de Angeles, a los pies del trono de la Reina celestial, es donde se han enjugado las lágrimas de tantos afligidos, donde se han templado los gemidos de tantos desconsolados, y donde se han acallado los clamores de tantos desesperados. Todo esto publica a cada paso la gratitud de los españoles más piadosos, y de cuantos verdaderos adoradores acuden a admirar de cerca esta gloriosa Jerusalén, quienes ven cumplido en este santo Templo, de María del Pilar, lo que pedía Salomón al Señor en la dedicación de su santo Templo, cuando decía: "si el extraño y el que no es de tu pueblo, viniere de lejos atraído de la fama de tu grande nombre, y te adorare en este lugar, tú le oirás desde tu firmísima habitación, y cumplirás todas las cosas, por las que el peregrino te invocare, para que todos reconozcan y respeten su sagrado nombre, como lo hace tu querido pueblo." 

Oración final. ¡Oh Madre amorosa! Yo, aunque hijo ingrato, pero defensor de vuestras glorias, publicaré a voz en grito, por todo el universo, que cuantos os han invocado en sus necesidades y peligros, han experimentado los auxilios y consuelos que generosamente derramáis sobre los que os imploran con fervor. ¡Pero cuánto mas nosotros que somos vuestros favorecidos, y que tantas pruebas tenemos de vuestra bondad y compasión! Cuantas veces hemos exclamado ¡oh ,Madre de Dios del Pilar, sed nuestro amparo y consuelo en nuestra tribulación!, otras tantas nos habéis consolado. Continuad, Madre compasiva, en favorecernos, y principalmente calmad nuestros temores en la hora de nuestra muerte. ¡Oh cómo nos angustia la memoria de aquel momento terrible! Consoladora de los afligidos, asistidnos en aquella hora de turbación, y disipad todos nuestros temores. Proteged a vuestros hijos y devotos. Recibidnos en vuestros brazos, y muramos en ellos, para resucitar felizmente a la vida eterna. Concededme también la gracia particular que os pido en esta Novena, si me conviene para el mayor bien de mi alma. Criaturas todas de la tierra, saludad a María como gran Señora del universo. Amén. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA CUARTO 

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La Santísima Virgen nos dejó el pilar santo o columna angélica, símbolo de la fortaleza y estabilidad de la fe católica en Zaragoza hasta el fin del mundo 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

Zaragoza posee una rica alhaja, un precioso tesoro, una sagrada Columna, que la ennoblece, la protege, la honra y la ilustra. ¿De quién ha recibido este regalo tan magnifico, este don tan apreciable, sino de María? Esta es toda tu felicidad, Católica España, nación magnánima. La Reina celestial fijó en Zaragoza esta misteriosa Columna, significando a los siglos futuros, que perpetuaba gloriosamente entre nosotros el precioso depósito de la fe que nos había confiado. El orbe católico admira la firmeza de esta Columna, que se ha conservado inmoble, en el mismo lugar que señaló la Santísima Virgen, sin que las conquistas de los romanos, el odio de los herejes, el furor de los árabes, haya turbado su permanencia. Todo certifica la grandeza de su fundamento, y la fuerza poderosa de nuestra Princesa. La India, el Asia, el Africa, sacudieron el yugo de Jesucristo. El universo entero se admiró de verse arriano, en expresión de San Jerónimo. Pero la ciudad de María, fundada sobre la firme Columna, no ha perdido como Jerusalén, su primitivo esplendor. La antorcha de la fe, que la Santísima Virgen encendió en su venida, no se ha extinguido. Innumerables Mártires que forman la gloria de la religión, y el honor de Zaragoza, fueron sacrificados en su defensa. 

Oración final. ¡Oh Madre de Dios del Pilar! Haced que veneremos esta Columna de nuestra gloria, anuncio de tantas felicidades. Sea nuestra fe semejante a su firmeza y peleemos con valor contra los enemigos de nuestra alma, que confiando en el auxilio que nos significa esta misteriosa Columna, venceremos. Cúmplase así, Madre de los españoles, haced que perseveremos constantes en la fe, y si fuere necesario, muramos en su defensa, imitando el glorioso ejemplo que nos dejaron nuestros mayores, y así conseguiremos la palma y la corona que está prometida a los vencedores, y cantaremos el triunfo uniéndonos para siempre con el coro de los mártires. Concededme, Madre piadosa, la gracia particular que os pido en esta Novena, si conviene para mi salvación. Los Angeles os alaben. Amén. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA QUINTO 

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Glorias y excelencias del santo templo del Pilar de Zaragoza, el primero del mundo dedicado a la Santísima Virgen. 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

¡La misma Reina de los Cielos y abogada nuestra es la Fundadora de este Templo augusto! Si nuestros mayores vieron en los primeros siglos de la salud cristiana, esa Arca de la nueva Alianza, colocada en la humilde Silo, y bajo un pobre techo edificado por el Protomártir entre los Apóstoles, nuestro Patrón Santiago, y sus santos discípulos, nosotros la adoramos ya elevada a la majestad y magnificencia de este admirable y suntuoso Templo. ¡Oh Trono! ¡Oh monumento de la Reina Celestial! Este es el primer templo del mundo dedicado en honor de la Santísima Virgen. Su célebre invocación del Pilar, ha sido llevada a todas las naciones del Universo, con gloria de su nombre. ¡Oh Ciudad augusta! Tú verás aumentarse la devoción de los fieles, y el orbe católico será un emulo de las glorias de este Templo. Porque no es un edificio, en que haya sólo que admirar la magnificencia, como en el Templo de Salomón la maravilla de su fábrica, no; su grandeza es tanto más excelsa, cuanto que no toma su origen de las obras de los hombres. 

Oración final. ¡Oh Reina Celestial! Si me sorprende la riqueza y primor de vuestro magnífico Tabernáculo, más bien admiro los tesoros celestiales que en este Propiciatorio dispensáis a vuestros devotos. ¡Oh templo Angélico! Gentes d todas las naciones vienen de lejos atraídas de la fama y honor de tu nombre, y se postran a los pies del trono de la Madre de Dios del Pilar los pueblos más distantes de la tierra. Los reyes católicos dejan su trono y vienen a Zaragoza a adorar tu santa Imagen, ofrecen sus fervientes votos y consiguen dones y gracias singulares, y transportados de gozo exclaman, que son mayores los tesoros celestiales que en su santo Templo dispensa la Santísima Virgen, que la fama misma de su nombre. ¡Oh Madre tierna! Mostrad que sois nuestra Madre; haced que se oiga vuestra voz en favor mío, y bastará para que yo sea dichoso; ponedme a la sombra de vuestra protección, y estaré seguro. Alcanzadme de vuestro divino Hijo la gracia de no pecar más mortalmente, sí de servir con fidelidad y amor a mi Dios y Señor, para que después de haberos visitado con devoción en vuestro santo Templo, sea el fruto de mi corazón gozar de vuestra compañía en el Templo de la gloria. Concededme también la gracia que deseo en esta Novena, si conviene al bien de mi alma. Coros celestiales, ensalzad a María, corno Reina suprema de los Cielos. Amén. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA SEXTO 

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Respeto y veneración que se debe al santo templo del Pilar de Zaragoza 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 



Por respeto a la Majestad del Señor que habitaba el templo de Jerusalén, no entraban los judíos sin purificarse antes. Los Levitas, aunque consagrados al culto del Señor, no pasaban del atrio destinado para los sacrificios. A los Sacerdotes les permitía entrar en el Santuario a ofrecer el incienso sobre el altar de oro, pero rara vez tenían este honor. Sólo el sumo Sacerdote entraba en el Santo de los Santos una sola vez en el año. Estas precauciones asombrosas se dirigían todas a dar una alta idea de la divinidad, y a inspirar el respeto que se le debía en el Templo. Pero estas precauciones son más para nosotros, que por una gracia inefable, poseemos en nuestros templos la realidad que se simbolizaba en aquellas nobles figuras. Por ellas nos enseña el Señor que al acercarnos al Santuario, debemos sentirnos penetrados de un religioso temblor, humillarnos y confundirnos, considerando la infinita Majestad de nuestro Dios y la vileza de nuestro ser. Mas si este religioso pensamiento, debe excitar mi fe, mi respeto y veneración a todos los templos; este Propiciatorio y Cámara Angelical erigida en Zaragoza por mandato de la Santísima Virgen, tienen otra excelencia, otra dignidad y privilegio grande, que debe excitar en mí sentimientos y demostraciones de un santo temor, de una humildad profunda, de un sumo respeto y veneración, porque éste es el lugar que la Reina de los Cielos eligió para su culto, aquí fijó sus virginales plantas, aquí permanecen sus ojos y su corazón hasta el fin de los siglos. Adoremos esta tierra santa, santificada con la presencia de Dios y de la Santísima Virgen, y exclamemos con el Patriarca Jacob: ¡Oh cuán terrible es este lugar, verdaderamente ésta es la casa de Dios, y la puerta del Cielo! Así se excitaban nuestros mayores. ¡Con qué respeto, con qué modestia, con qué devoción asistían a este Santo Templo! Pero, ¿cómo ha desaparecido la fe y la piedad de nuestros Padres? ¡Ah, en los días más grandes y misteriosos, se advierten mayores excesos de lujo, de vanidad, y de presunción! 

Oración final. ¡Oh gran Señora! Temo el castigo debido a mis profanaciones, porque considero que mi Señor y Vos sois celosísimo del honor de vuestra santa Casa, y que las irreverencias que se cometen en ella las llama el Señor abominaciones pésimas. Libradme, Madre amorosa, no permitáis que el Señor descargue sobre mí los anatemas con que amenaza a los profanadores de su santo Templo. Yo me aplicaré todo a reformar mi conducta en una materia de tanta importancia. Asistiré con todo el respeto que pide la presencia del Señor. No olvidaré jamás que el Templo santo está destinado únicamente a la oración y a la celebración de los más augustos y terribles misterios, y así entraré en él con el mayor recato, con una suma modestia y religioso respeto, y o adoraré en espíritu y en verdad. Sea así, Madre tierna y haced por vuestra poderosa intercesión, que tenga el debido cumplimiento cuanto os ofrezco. Concededme también la gracia particular que deseo, si conviene para mi salvación. Criaturas todas de la tierra, saludad a María como gran Señora del Universo. Amén. 



Terminar con las oraciones finales para todos los días. 



DÍA SÉPTIMO 

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El santo templo del Pilar de Zaragoza y el templo vivo de nuestra alma 

Comenzar con la oración preparatoria para todos los días. 

¡Qué ideas tan sublimes me hacen concebir la grandeza, la hermosura, el primor y ornato de tan santo Templo, magnífico Tabernáculo de la Madre de Dios! ¡La santidad de este sitio y de su peculiar elección; los himnos y cánticos de alabanza que se le tributan; la concurrencia y devoción de los fieles! Aquí se invoca su santo nombre: aquí resuenan sus altos privilegios: aquí se ostenta su bondad y su clemencia. ¿Qué diré del aparato, la magnificencia y solemnidad con que se celebran los augustos misterios de nuestra Religión? ¡Oh templo angélico! Tú arrebatas mi pensamiento, y me representas otro templo más suntuoso, el templo vivo de mi alma, su grandeza, su excelencia, su inmortalidad, y la santidad con que debo conservarla. Sí. Yo soy el templo que Dios eligió para su habitación. Así lo dice el Apóstol. El supremo Artífice levantó ese templo vivo para su morada, y lo consagró para sí Jesucristo por el Bautismo. Pero ¡oh gran Dios! ¡Cuánto más augusto, más noble y perfecto que este material tabernáculo que miramos! Las expensas y precio de su fábrica, fueron los de su propia sangre. El ara es mi corazón en que Vos queréis ser honrado. El fuego que ha de consumir las víctimas de mis afectos desarreglados es la caridad, y la misma la que ha de exhalar hasta el Cíelo el incienso y los perfumes de fervorosos suspiros. La lámpara que ilumina es la fe, que brilla entre una sagrada obscuridad, que le hace más venerable. Las columnas que le sostienen, la esperanza; sus joyas, los dones infusos del divino Espíritu; y todos sus ornamentos y vestiduras, la rica estola de la gracia santificante. El Sacerdote elegido por Dios para los sacrificios, y para alimentar de continuo el fuego sagrado del Altar es cada uno de los fieles. ¡Qué dignidad la nuestra, cristianos! ¡Qué hermosura la de un alma, que es templo animado de Dios, y sobre la cual bajó el Espíritu Santo para hacer en ella perpetua mansión! 

Oración final. ¡Oh Madre del supremo Criador! Vuestro Dios e Hijo al contemplar la hermosura de un alma que él posee para la Gracia, se manifiesta enamorado y como asombrado de su belleza. Pero ¡ah! ¿dónde está la primera excelencia y dignidad de un alma? ¿Dónde el primor de este Templo vivo consagrado a Dios en el Bautismo? ¿Qué se ha hecho del brillo del oro de las virtudes? ¡Ay de mí! El ha quedado profanado por la culpa, el humo del pecado le dejó enteramente obscurecido. Ya no se ve allí señal alguna de la bella imagen de Dios y esta hija de Sión, de cuya hermosura el Señor se complacía tanto, es ya fea y abominable a sus divinos ojos. ¡Oh cuán digna es de lástima mi pobrecita alma! Haced, Señora, que vuelva a su Dios, y recobre su dignidad y hermosura con el llanto y la penitencia. Ayudadme y socorredme, Madre amorosa, en tanta necesidad; y haced que cuantas veces o visite en este Templo material, pida cuenta a mi alma del adelantamiento espiritual que debo hacer en el camino de la virtud y perfección cristiana. Renovad mi espíritu, purificad mis afectos, santificad el templo interior de mi alma, y así mereceré cantar vuestras alabanzas en el templo de la Gloria. Concededme la gracia que os pido en esta Novena, si conviene al bien de mi alma. Los ángeles os alaben. Amén. 

Terminar con los oraciones finales para todos los días. 



DÍA OCTAVO 

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Devoción, celo y cultos fervorosos de nuestros mayores a la Madre de Dios del Pilar, en su santo templo 

Comenzar con las oración preparatoria para todos los días. 

¡Oh Reina de los Cielos! Apenas brillasteis como estrella mística sobre Zaragoza, esparcisteis vuestros resplandores sobre toda la nación española; y cuando Vos, aurora divina, iluminasteis este mismo sitio, se anunció el Evangelio, se levantó el estandarte de la Cruz, y el culto supersticioso fe despreciado: así se transformó en un lugar de Religión y de piedad el que antes lo había sido de abominación. Nuestros mayores, sumamente agradecidos, excitaron su celo ardiente, su piedad extremada, y los cultos más fervorosos hacia Vos, como a su celestial Protectora. Su ardiente celo no se limitó a frecuentar a todas horas el templo Angélico, sino que extendieron sus solícitos esmeros en contribuir a la magnificencia, primor y ornato de esta casa de ángeles, hasta hacerla una de las maravillas del mundo, y digna habitación de la Madre de Dios, que la había honrado con su presencia. Y no sólo en los felices días de la tranquilidad y de la paz, sino también en las más sangrientas persecuciones y en las más urgentes angustias, conservaron siempre puro y jamás profanado, este sagrado asilo de su refugio, no dudando sacrificar lo más precioso en su conservación y su defensa. ¡Oh devoción, celo y cultos fervorosos de nuestros mayores! Otras naciones han estado, si no enemigas, al menos entibiadas en la veneración y obsequio de la Santísima Virgen, pero la católica España se ha visto cada vez más solícita y Zaragoza más fina en el honor de Su amada Protectora. Nunca, jamás, se ha podido entibiar en los zaragozanos este celo por el objeto de su devoción, cada vez más constantes han dado bien claros testimonios de que nadie podía separarlos de la Columna Angélica en que fueron exaltados. 

Oración final. ¡Oh Madre poderosa! ¡Cómo os habéis manifestado defensora del honor de este delicioso tálamo que os preparó el Salomón divino! Vos hicisteis, que a toda costa se conservase respetada esta Arca del testamento entre tantos Filisteos enemigos. Haced que agradezcamos este celo, esta bondad, estos triunfos del poder ejercido desde ese Pilar santo, y repitamos a Vos, nuestra amada Protectora, aquellas consoladoras palabras: Tú eres la gloria de esta Jerusalén, la alegría de este Israel, la honra inestimable de este pueblo tuyo, y así os empeñaremos a que Vos pronunciéis a nuestro favor aquellos dulces acentos; vosotros sois mis amados, mi gozo y corona. Esta será nuestra completa felicidad en esta tierra de miserias, y nos inspirará la segura confianza de entonar eternamente vuestros cánticos en el reino de la Gloria. Sea así, Madre piadosa, y concededme la gracia que os pido, si me 

conviene. Coros celestiales, ensalzad a María como Reina suprema de los Cielos. Amén. 



Terminar con los oraciones finales para todos los días. 



DÍA NOVENO 

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Gratitud de los españoles a su excelsa protectora por los infinitos beneficios que desde su venida ha dispensado a nuestra España 

Comenzar con las oración preparatoria para todos los días. 

¡Soberana Reina de los ángeles! no ceso de admirar los singulares beneficios que en todo tiempo habéis dispensado a esta gloriosa Jerusalén, y mi alma se enajena de gozo al considerar que Vos habéis sido siempre el objeto más tierno de la gratitud española. ¡Oh gran Señora! Los españoles han estado siempre reconocidos a vuestros beneficios, y ha multiplicado obsequios los más fervorosos, en que os habéis complacido. La venerable antigüedad nos asegura, que en Zaragoza jamás han faltado verdaderos adoradores que, postrados ante la celestial Columna, os han ofrecido sus homenajes. La concurrencia al templo Angélico, las continuas adoraciones, las cesiones magnificas, las ricas joyas, los votos y ofrendas, todo confirma la gratitud más fina. ¡Qué solemnes festividades! ¡Cuántas oraciones en vuestro obsequio! ¡Con qué júbilo entonaban nuestros mayores vuestras alabanzas! ¡Con qué devoción oraban privadamente por todos los ángulos de vuestro magnífico Propiciatorio! ¡Cómo derramaban lágrimas de ternura en el afecto de su devoción! ¿Qué no hicieron en vuestro obsequio aquellos buenos hijos, los Fernandos, los Felipes, los Alfonsos, los Carlos, y cuánto se han empeñado todos los españoles en alabaros y ensalzaros como excelsa Protectora de nuestra España? ¡Pero ah!, ¿cómo se ha apagado entre nosotros aquel fuego que se comunicó a nuestros Monarcas y a tantos que veneraron agradecidos a la Reina del Cielo, en la cámara angelical de Zaragoza? ¡Prelados santos, héroes justos de la antigüedad, que llorabais en este sitio en el exceso de vuestra ternura! ¿Por qué no dejasteis a vuestros hijos, como otro Elías a su discípulo, el espíritu de vuestra devoción? 

Oración final. ¡Oh excelsa Protectora! ¿Es esta la ciudad que produjo una serie innumerable de mártires? ¿Es esta la patria de los Valeros, de los Vicentes, de los Braulios? Dónde está el esplendor que le adquirieron los Torcuatos, Segundos, Indalecios y de más discípulos de nuestro Apóstol Santiago? Vos les comunicasteis el espíritu de su fervor, Vos les dispensasteis dones y gracias celestiales, Vos les colmasteis de prosperidades y bendiciones. ¡Oh Madre compasiva! ¿No habréis reservado siquiera una sola bendición para nosotros? ¿Acaso nos habréis olvidado? ¿Pero cómo puede una madre olvidar a sus hijos? Ya sé que Vos os desdeñaréis de recibir unos corazones esclavos de la vanidad, tributarios del vicio, y las alabanzas proferidas por unas lenguas que a cada paso blasfeman vuestro santo nombre. Pera volved los ojos sobre vuestro reino, mirad a vuestra amada ciudad. Mostrad que sois nuestra Madre. Aquí tenéis vuestros hijos postrados ante Vos, derramando lágrimas de contrición, y asidos con lazo el más fuerte de amor a vuestra sagrada Columna; no os dejaremos, ni nos separaremos de vuestra presencia, hasta que nos deis vuestra bendición. ¡Oh Madre de Dios del Pilar! Esta esperanza nos anima, esta protección nos alienta. Yo, Señora, el más indigno siervo, me consagro todo a Vos desde esta hora, para que dispongáis de mí a vuestro arbitrio. Admitid este cordial obsequio, y contadme en el dichoso número de vuestros esclavos, sellando mi frente con la preciosa marca de vuestro dulcísimo nombre, para que el cielo y la tierra vean que lo soy. Confieso, mi adorada Reina, que me hace indigna de esta gracia, el notable descuido que he tenido en obsequiaros, y en imitar vuestras virtudes. Pero sois Madre tierna y compasiva, y sabéis perdonar semejantes agravios. ¡Oh Reina celestial! 

He concluido la súplica que os he hecho en este devoto Novenario. Espero con confianza, que me habréis concedido cuanto he pedido, siendo todo a mayor honra y gloria de Dios, obsequio vuestro, y bien de mi alma. Conformo mi voluntad con la vuestra, y no quiero, sino lo que Vos queráis. ¡ Oh Madre amada! Me despido de Vos con lágrimas de ternura, alcanzadme el perdón de mis culpas, dadme vuestra bendición, cubridme con vuestro manto. No despreciéis mis súplicas, pues ya os entono himnos de gloria en testimonio de mi gratitud. Acordaos del Jefe supremo y pastor universal de la Iglesia, y de nuestro Prelado diocesano. Bendecid a los reyes católicos y príncipes de nuestro reino. Derramad vuestros dones sobre nuestra España eminentemente católica. Mirad desde el Cielo, visitad y haced florecer esta viña, que plantó vuestra diestra sagrada. Mostraos Madre de los españoles, guardad vuestros hijos en este valle de lágrimas, y conducidlos al reino eterno de la Gloria. Criaturas todas de la tierra, saludad a María, como gran Señora del Universo. Amén. 

Terminar con los oraciones finales para todos los días.

lunes, 8 de octubre de 2018

7. ACTIVIDAD PARROQUIAL.

7. ACTIVIDAD PARROQUIAL

Hablar de la actividad parroquial es como decir “por qué suenan las campanas”. Muy escasa la diferencia entre una y otra parroquia; así mismo, notaremos algunas pequeñísimas diferencias en el informe presentado por el Presbítero Horacio Gómez de autoría del padre José Dubel ya citado, y las actividades en este periodo. 

En semana se celebra la Eucaristía todos los días en forma fija a la seis y a las siete de la noche; el sábado y el domingo se reparten los horarios según las necesidades de los fieles. Excelente es la participación en las misas de precepto. Es de notar el gran número de comuniones en las misas dominicales y la presencia participativa de jóvenes. Continúa la afluencia de personas de barrios vecinos y aún de toda la ciudad a las celebraciones litúrgicas de la parroquia. 

Sacramento de la Reconciliación y Penitencia 

Permanentemente y en especial sábados y domingos hay disponibilidad por parte de los sacerdotes y facilidad de acceso a este sacramento por parte de los fieles. Atrás hemos mencio­nado la asistencia de Monseñor Tulio Duque Gutiérrez, Arzobispo Emérito de Pereira durante estos dos días. 

Así mismo, contamos con la presencia de seminaristas y sacerdotes del Seminario Mayor de Nuestra Señora. 

Por mucho tiempo había prestado este servicio los domingos el Padre Alvaro de la comunidad de los padres Terciarios Capuchinos calificado como competente psicólogo y orienta­dor espiritual; la gente acudió masivamente a este servicio sacramental. 

Bautismo 

Los Bautismos se realizan el primer domingo de cada mes precedido del cursillo de preparación para padres y padrinos el sábado anterior, generalmente orientado por el Diácono Javier Aristizábal. Este sacramento es administrado por el Párroco o por el Diácono mencionado. 

La afluencia a la recepción de este sacramento es numerosa. Confirmación 

Se realiza una vez al año en la visita del Señor arzobispo o uno de los Vicarios. Durante el año todos los sábados se hace secuencialmente la debida preparación a cargo de los catequis­tas de la parroquia y supervisados por el Párroco. 

Matrimonio 

En el año se celebran actualmente un promedio de 26 matrimo­nios cumpliendo la exigencia del cursillo prematrimonial, y realizada y legalizada la información y diligencias pertinentes. La celebración se realiza siempre con emotiva solemnidad. 

Unción de los enfermos 

Se atiende a solicitud de las familias y según las necesidades que manifiestan los ministros de la Eucaristía quienes visitan semanalmente los enfermos. 

Celebraciones litúrgicas anuales Navidad 

Se resalta en este tiempo navideño la alegría y el entusiasmo que se vive en la Parroquia. Se celebra la novena de navidad con los niños en la tarde y con los adultos en la noche. El programa especial para los niños es el MONAÍN dirigido por jóvenes universitarios consistente en actividades lúdicas y formativas. 

Se aprovecha este tiempo para impulsar la pastoral social y caritativa con los programas orientados a favorecer especial­mente a los niños y personas pobres. 

Semana Santa 

Podría decirse que es la celebración litúrgica más esplendorosa que se hace en la ciudad. Se realizan todas las procesiones tradicionales y se celebran los actos litúrgicos con gran fervor y devoción. La participación en el viacrucis del viernes santo es masiva y saturada de piedad y gran recogimiento. 

La celebración pascual del Sábado Santo “es la más bella y emocionante que se haya vivido en toda la vida” según testimonio de algunas personas de la parroquia y de la ciudad. La participación multitudinaria desborda los límites y capacidad del templo y sus alrededores. 

En algunos años se contó con eminentes predicadores como el muy recordado Monseñor Augusto Trujillo Arango, el Presbítero doctor Noel Alain Cardona Restrepo, Canciller y asesor jurídico de la Arquidiócesis de Manizales, el Presbítero Octavio Barrientos, Rector de la Universidad Católica de Manizales, y el Presbítero Germán Llano Ruiz. 

Actos Devocionales realizados en la Parroquia 

* Exposición y adoración del Santísimo 

* Rezo diario del santo rosario 

* Novenario de difuntos para personas fallecidas en la Parroquia 

* Práctica del Santo viacrucis los viernes de cuaresma 

La parroquia ofrece catequesis pre sacramental para el Bautismo, Confirmación y Primera Comunión, impartida a lo largo del año a partir de la primera semana después de Semana 

Santa. Se cuenta con un buen número de catequistas debidamente motivados y preparados. 

El cursillo pre bautismal para padres y padrinos se realiza el sábado anterior al primer domingo de cada mes y es orientado por el Diácono Javier Aristizábal. 

Nueva Evangelización 

El grupo de personas comprometidas en la Nueva Evangelización ha recorrido las etapas de casa de reunión, retiro de evangelización y actualmente está en proceso de formación de pequeña comunidad. Está orientado y supervisado por el Padre Dubel Londoño y tiene una coordinadora interna: la señora Nancy Marín. En esta comunidad naciente se ha dado un paulatino crecimiento espiritual y compromiso apostólico. 

Pastoral de enfermos y de la salud 

Se visita y atiende semanalmente a los enfermos; este servicio es prestado todos los domingos por el Diácono Javier Aristizábal, quien les lleva la sagrada comunión a los enfermos; además, los ministros extraordinarios de la comunión que son Aracely Soto quien atiende gran número de enfermos en la Clínica Instituto del Corazón los días lunes, miércoles y viernes, y María del Carmen Flor Mateus que atiende otro gran número de enfermos los días miércoles, viernes y domingos en los sectores y de 30 a 40 enfermos en la Clínica Instituto del Corazón, los martes y los Jueves. 

En esta pastoral se presta un gran servicio ya que los agentes tienen la oportunidad de fortalecer espiritualmente a quienes sufren las limitaciones de la condición humana y esperan una voz de aliento y consuelo. 

Pastoral rural 

La pastoral rural está a cargó de los padres Agustinos de la Linda quienes atienden las veredas de la Linda, Manzanares, Morrogordo, la Palma, y Quiebra de Vélez, veredas pertene­cientes a la Parroquia; con un nutrido grupo de estudiantes del seminario, realizan una desplegada acción pastoral, imparten catequesis, celebran Semana Santa, hacen primeras comunio­nes, celebran bautismos y confirmaciones 

Los padres Agustinos prestan un efectivo servicio en el sector rural, administran los sacramentos de iniciación cristiana y de sanación, su acción pastoral es encomiable, eficiente, valiosa y son un apoyo y ayuda excelente a la pastoral parroquial. 

Grupos parroquiales 

Son grupos dedicados a la formación y crecimiento espiritual por medio de la oración, el estudio de la Palabra de Dios, la convivencia cristiana y la edificación mutua, también tienen proyección social especialmente con los enfermos, ancianos y mujeres jóvenes necesitadas. 

Heraldos del Evangelio 

Su misión es inculcar el rezo del santo rosario en familia por medio de la promoción e integración de oratorios marianos; en la parroquia existen ocho oratorios coordinados por María del Carmen Flor Mateus. 

María de Nazaret 

Es un grupo de oración coordinado por Alba de Peláez; hace dos años funciona en la parroquia, tiene 30 integrantes. Se dedica a la oración de alabanza e intercesión, y al estudio de la Palabra de Dios. También realiza acción caritativa y social, visitando, ayudando y acompañando a los enfermos y a las madres solteras necesitadas. 

Algunas de las obras materiales de la Parroquia 

La construcción de una caseta de guadua, con suficiente amplitud para toda clase de actividades parroquiales, como reuniones, catequesis, encuentros y festividades. 

Precisamente en este sitio se atiende el restaurante para los niños estudiantes pobres del vecindario. 

El mantenimiento en pintura y reparaciones ha sido permanente tanto en el interior como en el exterior de templo, incluyendo también la zona verde. 

Construcción de tres puertas traseras de hierro que le dan seguridad al templo. 

La construcción de un hermoso parque frontal del templo, es un bello jardín, que le da realce y hace parte de la zona verde del entorno de la Iglesia Parroquial. 

La habilitación del lote, zona verde, contiguo al templo, cercado con malla metálica.